La gente es el plan

Ya lo dijo Richard Branson: “Los clientes no son lo primero, lo primero son los empleados. Si cuidas a tus empleados, ellos cuidarán a tus clientes”. Cualquier dueño, gerente, jefe o coordinador que se considere líder tiene la responsabilidad de que las personas que conforman su equipo adquieran las habilidades específicas para desplegar su máximo potencial Para ello no alcanza haber leído los CV de quienes contratamos, sino que es parte de una tarea mucho más comprometida. Un conductor tiene un primer rol de administrador, que lo hace responsable del cumplimiento de las actividades y de los resultados que de ellas deriven. Un segundo rol, en el que muchos tienen dificultades, es el de desarrollador de personas: debe garantizar que sus colaboradores tengan los conocimientos indispensables (saber), las habilidades necesarias (saber hacer) y la actitud correcta (querer hacer). Pero muchos conductores intentan alcanzar resultados a través del uso de la presión excesiva, alternando premios con castigos. En mi opinión, si un conductor de desarrollo desea alcanzar un objetivo puntual, más que focalizarse en el objetivo mismo, debería enfocarse en el “cómo” se lleva adelante el proceso. Ese enfoque es el núcleo central de la conducción de desarrollo. Desarrollando equipos Recepciones en la que se pierden infinidades de ventas, la falta de adaptación de los profesores a los estilos de los clientes y sus expectativas, los manejos diferentes de los métodos de entrenamiento que hacen que un mismo socio reciba indicaciones disímiles y hasta contradictorias, entre otras cosas, son algunas malas prácticas que se observan. Es interesante advertir el esfuerzo económico que muchos dueños hacen para que nuevos clientes lleguen a sus gimnasios: inversiones en publicidad, instalaciones modernas, equipamientos costosos. Sin embargo es llamativo lo poco que se invierte en tiempo, formación y recursos para desarrollar a las personas que conforman sus equipos. Hoy los clientes, a primera vista, eligen un lugar para entrenar por cercanía, por sus instalaciones, por el cronograma de clases y los servicios que les ofrece. Pero  deciden permanecer en ese lugar en base a la “experiencia personal” vivida, evaluando si la misma estuvo a la altura de sus “expectativas”. Y en esto, el equipo se vuelve central. Si el servicio fue percibido por ese cliente como satisfactorio, entonces volverá y lo recomendará a sus conocidos. Si no lo fue, se perderá el vínculo y la recomendación será neutra en el mejor de los casos, o en otras situaciones, será negativa. Si los colaboradores no se encuentran desarrollados para estar a la altura de las circunstancias de lo que cada cliente necesita, desea o requiere, toda la inversión hecha en el negocio corre el riesgo de perderse. Por eso, desarrollar a la gente en conocimiento, habilidades y actitudes es la mejor forma de cuidar la inversión realizada. ¿Cómo alcanzar un “cómo” satisfactorio? El proceso de desarrollo de equipos de alto desempeño se basa en principios, procesos y herramientas. Los principios se apoyan en los fundamentos actuales del liderazgo. Si no se comprenden las nuevas tendencias es imposible la aplicación de un método que funcione adecuadamente. Saber que la gente no depende de uno, sino que uno depende de la gente para lograr los resultados que se plantea es uno de los ejes fundamentales. Otro elemento esencial es el trato de igual a igual, que permita un tipo de colaboración horizontal para que las reuniones se transformen en un lugar donde cada problema se convierte en una oportunidad de mejora, donde se cambian métodos y rumbos, se desarrolla la responsabilidad individual y se eleva el nivel de compromiso. Las herramientas que se necesitan para todo trabajo con personas son básicamente comunicacionales. La mayoría de las dificultades que todas las organizaciones tienen en sus equipos se funda en la falta de manejo adecuado de este tipo de herramientas. La comunicación es la base de toda interacción humana y, por ende, de cualquier proceso de cambio e influencia. El saber entablar un diálogo productivo con cada integrante es un elemento básico que permite intercambiar distintos puntos de vista acerca del camino compartido. Anclado en esos principios y herramientas se establece un proceso que se compone de:
  • La instrumentación de un método de acompañamiento sostenible.
  • La observación habitual del proceso de trabajo.
  • Encontrar las brechas existentes entre el desempeño real y el deseado, mediante la utilización de un método estandarizado.
  • La complementación con reuniones individuales programadas para encontrar las causas subyacentes de esas diferencias
  • El acuerdo de alternativas de solución a esas brechas.
  • La planificación y calendarización de las acciones pactadas.
  • La generación de acuerdos de objetivos y espacios de seguimientos y acciones correctivas.
Todo lo nombrado es parte de un proceso efectivo de desarrollo de integrantes de un equipo de alto rendimiento, y para esto es necesario ocupar tiempo de calidad con nuestra gente. No será posible alcanzar el máximo nivel de desempeño, un resultado óptimo e ingresos superlativos si no se trabaja sostenidamente en la gente. Beneficios del liderazgo de desarrollo El liderazgo de desarrollo tiene múltiples ventajas. La primera es conocer con quiénes uno está trabajando, y cuáles son sus expectativas y motivaciones. La motivación no es un elemento externo a las personas, sino interno. La gente ya tiene sus propios motivos para hacer las cosas y su conductor no debe inventar nada, sino generar el espacio necesario para llegar a comprender esas motivaciones y alinearlas con la tarea. El liderazgo de desarrollo fundamentalmente permite:
  • Generar espacios de motivación, valoración y reconocimiento.
  • Comprender y diagnosticar problemas de desempeño.
  • Descubrir potenciales y desarrollar habilidades en los integrantes de un equipo.
  • Detectar falta de conocimiento en ciertas tareas y brindar la información necesaria.
  • Corregir desempeños insatisfactorios o por debajo de lo esperado.
  • Diagnosticar dificultades en el comportamiento y revertirlas.
  • Fomentar relaciones personales productivas y constructivas mediante una retroalimentación efectiva.
  • Escuchar nuevas ideas y puntos de vista que pueden ser capitalizados.
  • Alinear y estandarizar tareas que permitan hacer los desempeños predictibles.
  • Alcanzar grandes metas de resultados cuantitativos y cualitativos.
Para todo esto es fundamental que el conductor agudice sus aptitudes de diálogo, elevando así su capacidad de comprensión, y que la comunicación se convierta en un canal efectivo y constructivo de ida y vuelta, que permita la generación de un proceso de mejora continua. El afamado magnate británico Richard Branson cuenta con más de 350 empresas que forman Virgin Group y es el autor de una frase que resume todo lo que aquí quedó expuesto: “Los clientes no son lo primero, lo primero son los empleados. Si cuidas a tus empleados, ellos cuidarán a tus clientes”. La gente es el plan.

Hacia un liderazgo más efectivo

Los líderes son capaces de ilusionar a un equipo y de hacer que todos sus integrantes avancen con energías hacia un objetivo común. La suma de todas esas energías en una misma dirección produce un gran movimiento que hace avanzar a las empresas. Existen muchos modelos y teorías sobre liderazgo, pero al final lo importante es llevarlo a la práctica y aterrizarlo en la forma de actuar en el día a día. Vamos a repasar cuáles son algunas de las cosas concretas que se pueden hacer para conseguir un liderazgo más efectivo en las cuatro áreas más importantes. COMUNICACIÓN FRECUENTE: la comunicación sigue siendo la principal fuente de problemas entre las personas, tanto dentro de las empresas como fuera de ellas. La falta de comunicación hace que las personas se desconecten del proyecto en el que trabajan y que tomen rumbos desalineados con la visión de la empresa. La comunicación es un elemento que diferencia a los buenos líderes del resto. Así lo refleja Jim Collins en sus investigaciones sobre liderazgo, en las que destaca como uno de los rasgos de los líderes de Nivel 5 que estos “pasan la mayor parte de su tiempo trabajando con otras personas, es decir, relacionándose y comunicándose”. La comunicación frecuente se debe tener en cuenta en relación con los trabajadores, pero también en relación con los clientes. Éste es el concepto que los americanos llaman el “managing by walking around”, que hace referencia al hecho de dirigir paseándose y teniendo mucha presencia en el lugar dónde suceden las cosas, donde está el cliente. La comunicación frecuente con los colaboradores permite crear lazos emocionales positivos, unificar criterios de actuación, tener una visión y un proyecto compartidos, identificar problemas rápidamente y buscar soluciones consensuadas. La comunicación frecuente con los clientes le da credibilidad al líder frente a sus colaboradores, le hace conocedor de la realidad, le permite controlar la calidad del servicio, genera proximidad y es una oportunidad para dar el ejemplo y ser un referente para el resto del equipo. TRANSPARENCIA EN LA INFORMACIÓN: el objetivo no es ser 100% transparentes con la información de la empresa, pero sí es importante compartir una buena cantidad de información referente a: cómo va evolucionando la empresa, sobre los logros obtenidos y sobre los desafíos a superar. Esto  es fundamental para tener un equipo altamente motivado. Ningún profesional calificado se siente motivado en un proyecto del que desconoce qué efecto está teniendo su aporte sobre la empresa o sobre los objetivos que se marcaron. POLÍTICA RETRIBUTIVA: una política retributiva adecuada debe tener en cuenta que el salario fijo esté en línea con lo que se paga en el sector para puestos similares. Pero si se quiere atraer a los mejores profesionales, seguramente será necesario estar ligeramente por encima de la media del sector. Por otro lado, la creación de incentivos variables en función de objetivos es también un aspecto estimulante para muchos trabajadores, especialmente para aquellos conocidos como los “A players”, que son más competitivos y enfocados en los resultados. RECONOCIMIENTO Y FEED-BACK: cuando realizamos encuestas de satisfacción a los trabajadores de gimnasios, uno de los aspectos que peor valoración obtiene es el reconocimiento por parte de sus superiores. La mayoría de ellos y, especialmente, los técnicos, se sienten muy bien valorados por sus clientes, pero poco valorados por sus superiores. Es verdad que los trabajadores deben venir motivados de casa, pero también es cierto que los directivos tenemos que asegurarnos de no desmotivarlos. Tenemos que crear entornos no desmotivantes y el reconocimiento es un ingrediente imprescindible de este tipo de entornos. Además de reconocer las ideas, el esfuerzo o los logros, hay que dar feed-back durante el proceso, ya que esa es una potente herramienta para ayudar y acompañar el trabajo que se está haciendo. Un tema de tiempo Para lograr un liderazgo efectivo hay que tener en cuenta los aspectos anteriores, pero también es, en gran medida, un tema de tiempo. Y el tiempo siempre es una cuestión de prioridades. A todos nos falta tiempo, lo importante es a qué decidimos dedicárselo. Lo habitual es que nos dejemos llevar por el ritmo frenético del día a día y que dediquemos gran parte del tiempo a solucionar problemas y a apagar los incendios que se producen a diario. Como dice Steven Covey, eso nos garantiza la “productividad” a corto plazo. Hace que el gimnasio siga funcionando a pleno rendimiento en ese momento. Pero hay otras tareas que al no ser tan urgentes, solemos dedicarles menos tiempo y son las que tienen que ver con la planificación o el liderazgo. Son tareas que aunque no las hagamos hoy, no pasa nada, pero si seguimos sin hacerlas durante muchos días, disminuirá la “capacidad de producir” a medio plazo, es decir, seremos cada vez menos competitivos. Las personas se levantan cada día para ir a trabajar y suelen ir siempre a la misma empresa para cubrir el mismo puesto de trabajo. Si queremos que nos den algo más que su tiempo y que sean capaces de luchar contra la monotonía del día a día para salir de su zona de confort, debemos dedicarles tiempo a las personas, debemos dedicarle tiempo a liderar.

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El complejo equilibrio de la gestión

Equilibrio entre gestionar y liderar, entre productividad y capacidad de producir, entre personas y resultados, entre premiar y sancionar, entre dar libertad y controlar. Gerenciar una empresa es como caminar sobre una cuerda floja y mantener el equilibrio para no caer depende de las decisiones que se toman a diario. Como dice Jack Welch, “de repente un día te conviertes en jefe y todo cambia. Antes de ser un líder, el éxito tiene que ver con desarrollarte tú mismo. Cuando eres un líder, el éxito tiene que ver con hacer que se desarrollen los demás”. Los gerentes de gimnasios suelen tomar muchas decisiones a diario y deben intentar que las mismas preserven el equilibrio de la empresa a varios niveles. Esa es una de las mayores complejidades a las que se enfrenta un directivo. Es como si caminara sobre una cuerda floja y mantener el equilibrio dependiera de las decisiones que se toman. Algunas de las áreas en las que debe mantener el equilibrio son las que describimos a continuación:
  • Equilibrio entre gestionar y liderar: el gerente analiza, planifica, presupuesta, identifica problemas y plantea soluciones, todo ello con el fin de marcar el rumbo y definir la estrategia que debe seguir la empresa. El líder transmite la visión, comunica, implica e ilusiona al equipo, lo cohesiona y lo guía con el objetivo de que la estrategia definida previamente se convierta en realidad. El gerente marca la dirección y el líder genera el movimiento en esa dirección.
Esas dos cualidades son muy importantes en cualquier directivo y por ese motivo es necesario conseguir un buen equilibrio entre ambas. Ese equilibrio entre capacidad de gestión y capacidad de liderar es poco frecuente y, cuando ocurre, nos encontramos delante de un gran directivo, que es capaz de sacar lo mejor de su equipo. Un buen gerente con poco liderazgo es capaz de definir muy bien hacia dónde debe ir la empresa, pero es incapaz de hacer que su equipo se ilusione y que avance con convicción en ese proyecto. He trabajado con empresas de este perfil y es una pena ver que un gimnasio, que podría conseguir grandes cosas, se queda a mitad de camino por esa falta de liderazgo. Por el contrario, un buen líder sin capacidad de gestión, es capaz de hacer que todo su equipo se mueva y avance con pasión, pero suelen hacerlo en la dirección equivocada. También he trabajado con empresas con este perfil y he vivido el riesgo que supone un gran liderazgo sin un análisis y sin un rumbo correcto.
  • Equilibrio entre productividad y capacidad de producir: como definió Steven Covey, la productividad es el aquí y ahora, es solucionar los problemas que se presentan para que la empresa no se pare y siga produciendo hoy. En cambio, la capacidad de producir tiene que ver con el futuro, con planificar los cambios necesarios para que la empresa siga siendo productiva. La productividad tiene que ver con el corto plazo y la capacidad de producir tiene que ver con el largo plazo. Mantener un equilibrio entre esos dos aspectos es importante, especialmente en un entorno cambiante e inestable como el que vivimos. Está claro que hay que solucionar los incendios del día a día, y en un gimnasio hay muchos. Pero también es importante que alguien mantenga un ojo en el futuro y vea venir las tendencias para asegurarse de que la empresa evoluciona para seguir siendo competitiva.
Los directivos de fitness, si no quieren bloquearse con los incendios del día a día, deben delegar responsabilidades para conseguir que haya varios bomberos en la instalación y que no todos los incendios les afecten a ellos. De esa manera, obtendrán tiempo para levantar la cabeza y mirar un poco hacia el futuro.
  • Equilibrio entre personas y resultados: el fitness es un negocio de personas, pero no por eso deja de ser un negocio y debe alcanzar resultados satisfactorios. Hay decisiones que están más orientadas a los resultados y otras que se orientan a las personas. Mantener un equilibrio entre ambas es una de las tareas más complicadas.
También es importante saber comunicar bien las decisiones menos populares o difíciles de entender, ya que eso ayuda a cambiar la perspectiva. Dar importancia al aspecto personal y buscar el equilibrio incluso en situaciones complicadas, como puede ser un despido, fomenta una buena cultura de empresa y la humaniza.
  • Equilibrio entre premiar y sancionar: cuando realizamos encuestas de satisfacción y de clima laboral a los trabajadores, uno de los aspectos peor valorados suele ser el poco reconocimiento que reciben de sus superiores. Eso no tiene nada que ver con el salario o con otros aspectos materiales, es simplemente un tema emocional. Se trata de dar las gracias o alguna palmadita en la espalda, se trata de celebrar juntos los éxitos.
Igual de importante es saber llamar la atención o sancionar cuando las cosas no se hacen correctamente o no se pone el esfuerzo necesario. Pero debe existir un equilibrio entre premiar y sancionar. La cuenta emocional del directivo con su equipo debe estar en positivo, y se llena con el reconocimiento y los premios. De ese modo, cuando hay que comentar algo negativo, se percibe de otra manera porque la cuenta corriente emocional sigue estando en positivo.
  • Equilibrio entre dar libertad y controlar: el exceso de libertad sin control genera desorden y desmotiva. El exceso de control paraliza y frena el potencial y la creatividad del equipo, desmotivando también. Delegar correctamente tiene un poco de ciencia y un poco de arte, por eso es tan difícil. Dar libertad pero marcando el objetivo y dando apoyo permite ir ajustando el nivel de cada proyecto a las capacidades de cada colaborador. Esto hace que el que necesite más apoyo pueda disponer de él y que el que precise más espacio pueda también contar con él. El que se necesite más o menos apoyo depende del nivel de desafío que suponga el proyecto respecto del nivel de conocimientos y habilidades del trabajador, pero también de su nivel de motivación con relación a dicho proyecto. Por eso es tan complicado delegar correctamente, porque intervienen tanto aspectos técnicos como emocionales.
Estos son algunos de los equilibrios que debe mantener el directivo de un gimnasio. Son equilibrios complejos que tienen una gran repercusión sobre los resultados de la empresa. Por eso, los grandes directivos lo tienen en claro y han desarrollado una gran habilidad para moverse en esa cuerda floja que es la gestión de empresas.

Posicionarse o morir

Ante escenarios competitivos y recesivos, los empresarios de gimnasios deben tener clara su lugar en el mercado, y las consecuencias que éste acarrea, o bien contar con la capacidad para crear un nuevo modelo que rompa con las reglas del juego. Si algo caracteriza al sector del fitness es su tremendo dinamismo en los últimos años, motivado por una serie de fenómenos auténticamente disruptivos, como han sido: - La permanente revolución tecnológica que vivimos. - Los profundos cambios de comportamiento de empresas y consumidores a partir de la crisis económica que comenzó en 2008. - La inestabilidad política. - La permanente entrada de nuevos competidores por expectativas de rentabilidad o por motivos puramente vocacionales. - La creación incesante de nuevos modelos de negocio, no sólo en cuanto a oferta de instalaciones, sino incluso en tipos de servicios, herramientas informáticas de todo tipo, equipamientos, etc. Este dinamismo sectorial ha descolocado a muchos competidores. Por los motivos referidos y, en especial, por el ajuste económico, muchas cuentas de explotación se han visto seriamente comprometidas en los últimos años. Como consecuencia de esto, los gerentes han tenido la necesidad de tomar decisiones de supervivencia que podrían tener un calado más profundo de lo que aparentan. En este sentido, decisiones sobre ajustes en costos, inversiones o precios, pueden modificar sustancialmente la percepción por parte de los clientes activos o potenciales respecto de la calidad del servicio y de la orientación del negocio. Por tanto, determinadas políticas orientadas a la supervivencia inmediata pueden entrañar importantes peligros de orden estratégico de cara a la sobrevivencia en el medio plazo. Algunos de estos peligros para las organizaciones deportivas incluyen:
  • La estandarización de la oferta por parte de las instalaciones, hasta convertirse en commodities (productos indiferenciados) que sólo pueden competir en precio.
  • Posicionarse en un grupo estratégico erróneo, en base a las características del centro y posibilidades de competir.
  • El posicionamiento estratégico en un lugar donde no se cuenta con los recursos para dominar la posición.
  • El intento de abarcar un target de clientes demasiado amplio como para contentarlos a todos o demasiado estrecho como para lograr un punto de equilibrio en número de clientes.
  • La indefinición estratégica que impide que el target perciba las fortalezas reales del negocio y se identifique con su oferta.
De cara a evitar estos peligros, planteamos dos recomendaciones: Selección del grupo y subgrupo estratégico Dentro del sector, se han conformado una serie de grupos estratégicos, definidos por el tipo de clientela a la que están dirigidos y por las armas que utilizan para satisfacerla:
  • Los centros low cost utilizan como argumento clave el bajo precio. Dentro de este segmento, se están gestando dos subgrupos: el low cost premium, que trata de aportar algún valor añadido adicional al bajo precio, y el ultra low cost, que presenta precios extremadamente bajos. De mayor crecimiento en los últimos años, empiezan a mostrar síntomas de estancamiento.
  • Los centros mid-place, con un tamaño medio y una oferta, en muchos casos, tradicional y hasta desfasada. Son los que más están sufriendo el devenir del sector.
  • Los centros premium, orientados al público dispuesto a pagar más por un servicio mejor. También cuentan con subgrupos, como los orientados a clase media, los muy exclusivos o los socio-deportivos. Este es el grupo más heterogéneo en cuanto a resultados, porque conviven clubes al borde de la extinción con otros que han sabido adaptarse y aguantar el chaparrón con excelentes resultados y proyección.
  • Los estudios especializados o boutiques, que incluyen un sinfín de nuevos modelos de negocio (CrossFit, Pilates, ciclismo indoor, personal training, funcional, small groups, etc.). Este es el grupo con mayor crecimiento en la actualidad.
Obviamente, cada empresa del sector debe tener clara su ubicación dentro de uno de estos grupos y las consecuencias que ello acarrea o contar con la capacidad para crear un nuevo modelo que rompa con las reglas del juego. Definición coherente de la estrategia de posicionamiento Ya en los años 80, Michael Porter dejó claro que sólo existen tres tipos de estrategias genéricas: el liderazgo en costos que permite los precios más bajos del sector, la diferenciación competitiva o la especialización en nichos de mercado muy específicos. Lógicamente, en un sector local, alguno de los competidores –merced a sus economías de escala o alguna otra ventaja competitiva en costos– optará por el liderazgo basado en precios bajos. Pero una sola marca podrá distinguirse. Los demás operadores deben tener medianamente claro que su supervivencia pasará por tener la capacidad de diferenciarse a partir de valores añadidos que resulten atractivos para el mercado. Por tanto, aún cuando los precios deben estar ubicados en una franja a la que los potenciales clientes tengan acceso, el valor de la cuota sólo debe ser el principal argumento de venta para la marca líder en precios. El resto de los competidores deberán centrarse en la percepción de valor de sus propuestas. En relación con esto último, existe un nexo entre un precio elevado y una percepción de valor elevada y viceversa. Por tanto, cabe reflexionar sobre la coherencia de todos los factores que afectan al posicionamiento del negocio como: calidad de las instalaciones y equipamientos, de los servicios prestados y de las comunicaciones realizadas al mercado, así como qué mensaje estamos transmitiendo a nuestros potenciales clientes con nuestra fijación de precios.