Hacia un liderazgo más efectivo

Los líderes son capaces de ilusionar a un equipo y de hacer que todos sus integrantes avancen con energías hacia un objetivo común. La suma de todas esas energías en una misma dirección produce un gran movimiento que hace avanzar a las empresas. Existen muchos modelos y teorías sobre liderazgo, pero al final lo importante es llevarlo a la práctica y aterrizarlo en la forma de actuar en el día a día. Vamos a repasar cuáles son algunas de las cosas concretas que se pueden hacer para conseguir un liderazgo más efectivo en las cuatro áreas más importantes. COMUNICACIÓN FRECUENTE: la comunicación sigue siendo la principal fuente de problemas entre las personas, tanto dentro de las empresas como fuera de ellas. La falta de comunicación hace que las personas se desconecten del proyecto en el que trabajan y que tomen rumbos desalineados con la visión de la empresa. La comunicación es un elemento que diferencia a los buenos líderes del resto. Así lo refleja Jim Collins en sus investigaciones sobre liderazgo, en las que destaca como uno de los rasgos de los líderes de Nivel 5 que estos “pasan la mayor parte de su tiempo trabajando con otras personas, es decir, relacionándose y comunicándose”. La comunicación frecuente se debe tener en cuenta en relación con los trabajadores, pero también en relación con los clientes. Éste es el concepto que los americanos llaman el “managing by walking around”, que hace referencia al hecho de dirigir paseándose y teniendo mucha presencia en el lugar dónde suceden las cosas, donde está el cliente. La comunicación frecuente con los colaboradores permite crear lazos emocionales positivos, unificar criterios de actuación, tener una visión y un proyecto compartidos, identificar problemas rápidamente y buscar soluciones consensuadas. La comunicación frecuente con los clientes le da credibilidad al líder frente a sus colaboradores, le hace conocedor de la realidad, le permite controlar la calidad del servicio, genera proximidad y es una oportunidad para dar el ejemplo y ser un referente para el resto del equipo. TRANSPARENCIA EN LA INFORMACIÓN: el objetivo no es ser 100% transparentes con la información de la empresa, pero sí es importante compartir una buena cantidad de información referente a: cómo va evolucionando la empresa, sobre los logros obtenidos y sobre los desafíos a superar. Esto  es fundamental para tener un equipo altamente motivado. Ningún profesional calificado se siente motivado en un proyecto del que desconoce qué efecto está teniendo su aporte sobre la empresa o sobre los objetivos que se marcaron. POLÍTICA RETRIBUTIVA: una política retributiva adecuada debe tener en cuenta que el salario fijo esté en línea con lo que se paga en el sector para puestos similares. Pero si se quiere atraer a los mejores profesionales, seguramente será necesario estar ligeramente por encima de la media del sector. Por otro lado, la creación de incentivos variables en función de objetivos es también un aspecto estimulante para muchos trabajadores, especialmente para aquellos conocidos como los “A players”, que son más competitivos y enfocados en los resultados. RECONOCIMIENTO Y FEED-BACK: cuando realizamos encuestas de satisfacción a los trabajadores de gimnasios, uno de los aspectos que peor valoración obtiene es el reconocimiento por parte de sus superiores. La mayoría de ellos y, especialmente, los técnicos, se sienten muy bien valorados por sus clientes, pero poco valorados por sus superiores. Es verdad que los trabajadores deben venir motivados de casa, pero también es cierto que los directivos tenemos que asegurarnos de no desmotivarlos. Tenemos que crear entornos no desmotivantes y el reconocimiento es un ingrediente imprescindible de este tipo de entornos. Además de reconocer las ideas, el esfuerzo o los logros, hay que dar feed-back durante el proceso, ya que esa es una potente herramienta para ayudar y acompañar el trabajo que se está haciendo. Un tema de tiempo Para lograr un liderazgo efectivo hay que tener en cuenta los aspectos anteriores, pero también es, en gran medida, un tema de tiempo. Y el tiempo siempre es una cuestión de prioridades. A todos nos falta tiempo, lo importante es a qué decidimos dedicárselo. Lo habitual es que nos dejemos llevar por el ritmo frenético del día a día y que dediquemos gran parte del tiempo a solucionar problemas y a apagar los incendios que se producen a diario. Como dice Steven Covey, eso nos garantiza la “productividad” a corto plazo. Hace que el gimnasio siga funcionando a pleno rendimiento en ese momento. Pero hay otras tareas que al no ser tan urgentes, solemos dedicarles menos tiempo y son las que tienen que ver con la planificación o el liderazgo. Son tareas que aunque no las hagamos hoy, no pasa nada, pero si seguimos sin hacerlas durante muchos días, disminuirá la “capacidad de producir” a medio plazo, es decir, seremos cada vez menos competitivos. Las personas se levantan cada día para ir a trabajar y suelen ir siempre a la misma empresa para cubrir el mismo puesto de trabajo. Si queremos que nos den algo más que su tiempo y que sean capaces de luchar contra la monotonía del día a día para salir de su zona de confort, debemos dedicarles tiempo a las personas, debemos dedicarle tiempo a liderar.