El ejercicio es más importante para la salud mental que el dinero, según una investigación publicada en The Lancet
El ejercicio es más importante para la salud mental que el dinero, según una investigación publicada en el área de Psiquiatría de la revista británica de medicina The Lancet. En este estudio, los científicos recopilaron datos sobre el comportamiento físico y el estado de ánimo de más de 1,2 millones de ciudadanos estadounidenses entre 2011 y 2015.
A los participantes se les preguntó cuántas veces se habían sentido mal mentalmente en los últimos 30 días a causa del estrés, la depresión o por problemas emocionales. También se les consultó sobre su nivel de ingresos y qué tipo de actividades físicas son las que más hacían, como por ejemplo: cortar el pasto, hacer tareas domésticas, andar en bicicleta, correr, etc.
Los expertos descubrieron que mientras quienes hacen ejercicio con regularidad tienden a sentirse mal durante 35 días al año, los participantes inactivos o sedentarios dijeron sentirse mal 53 días en promedio al año. Además, las personas físicamente activas se sienten tan bien como las que no lo son, pero ganan alrededor de U$25 mil dólares más al año.
En contraposición, los científicos también indicaron que demasiado ejercicio físico puede ser perjudicial para la salud mental. Los participantes que afirmaron ejercitarse más de tres horas al día sufrían más impactos en su bienestar mental que las personas que no eran particularmente activos físicamente.
“La relación entre la duración del deporte y la carga mental tiene forma de U. La actividad física contribuye a una mejor salud mental sólo cuando se realiza dentro de un cierto período de tiempo”, afirma el Dr. Adam Chekroud, autor del estudio e investigador del departamento de Psiquiatría de la Universidad de Yale.
La investigación fue publicada en 2018 en la revista británica The Lancet y fue realizada por el Dr. Ralitza Gueorguieva, Harlan M. Krumholz, John H. Krystal, el Dr. Adam M. Chekroud -todos científicos de la Universidad de Yale-, Sammi R. Chekroud -de la Universidad de Oxford-, Amanda B. Zheutlin -del Hospital General de Massachussets- y Martin Paulus -del Institute for Brain Research en Tulsa, Estados Unidos-.