¿Es rentable el puesto de Fidelity Manager?

En  la actualidad, las tasas de abandono del sector son demasiado elevadas y están frenando el crecimiento de los gimnasios. Ha llegado el momento de poner el foco de manera seria en la fidelización de los clientes y uno de los primeros pasos es crear la figura de un responsable de esta área.
En los años anteriores a la crisis de consumo que todavía estamos atravesando, los clubes de fitness tenían el foco puesto en la captación de socios. Como parte del proceso de mejora, los gimnasios fueron incorporando departamentos comerciales independientes del equipo de recepcionistas o formaron a éstas en ventas.
Los procesos de venta se fueron profesionalizando y se marcaron objetivos para las personas que realizaban las altas. Así surgió la figura del Director Comercial, encargado de definir las estrategias de comercialización, implantar los procesos y mantener la tensión necesaria para que los ratios de cierre de ventas se mantuvieran elevados.
Hoy vemos como algo muy natural que un club tenga un responsable comercial en su estructura, pero hace tan sólo unos años eso era algo muy poco frecuente. Este cambio se ha ido produciendo como una respuesta a las necesidades que fueron surgiendo para mejorar el área de ventas.
El hecho de que la mayoría de los gimnasios esté realizando acciones y procesos de captación similares y que la oferta aumente a mayor velocidad que la demanda está provocando una situación en la que es difícil generar un incremento de socios únicamente a través del aumento en la captación.
Por este motivo, los centros están empezando a poner el foco en la fidelización de sus actuales clientes. Es verdad que siempre se ha hablado de la importancia de la fidelización, pero es ahora cuando se están realizando acciones concretas y planes de retención para abordar este problema de una manera global.
Ningún club con tasas de abandono elevadas puede crecer actualmente, cosa que sí pasaba hace unos años. Para crecer en socios en la actualidad hay que ser bueno vendiendo y hay que ser bueno fidelizando.
Poner el foco en la fidelización es importante, pero no es suficiente, además hay que poner recursos. La gestión de esta área debe evolucionar igual que lo hizo en su día la gestión del área comercial. Es necesario definir qué ámbitos están dentro del área de fidelización, definir acciones concretas y estructurarlas dentro de un plan anual.
En esta línea, desde WSC Consulting hemos creado el Modelo Global de Fidelización, que define las 6 áreas y las subáreas en las que se debe trabajar desde el departamento de fidelización (ver artículo “Lanzan un manual para la fidelización de clientes” de la Edición N°73 de la revista Mercado Fitness o ingresar en www.wscconsulting.net).
Uno de los recursos más importantes que deben tener los clubes para mejorar la fidelización es la figura de un responsable de esta área, el Fidelity Manager. Se trata de una figura transversal al resto de departamentos, ya que debe trabajar tanto con el área comercial como con el área técnica.
La primera opción que han tomado algunos clubes ha sido hacer responsable de fidelización a alguien que ya tiene otras responsabilidades, normalmente al Director Comercial. Aunque es un primer paso, creo que no es lo más acertado. El área comercial y el área de fidelización deben depender de dos personas diferentes, ya que una se dirige hacia fuera del club y la otra hacia dentro, y tanto la dinámica de las acciones a realizar como el perfil de la persona responsable son muy diferentes.
Si se quiere apostar de manera clara por la fidelización tiene que haber alguien que dedique su tiempo a pensar sobre esa área y que defina la estrategia, proponga acciones y controle su puesta en marcha. Además, al ser un área que afecta a todos los departamentos, el Fidelity Manager es también el responsable de generar una cultura corporativa de excelencia en el trato al cliente, de personalización y de satisfacción.
Vamos a hacer un breve análisis que nos sirva de ejemplo para saber si este puesto de trabajo puede ser rentable en un gimnasio. Imaginemos que se trata de un club que tiene actualmente 3.500 socios y que su cuota media sin IVA es de €50 euros. Además, los socios tienen un consumo medio de €10 (sin IVA) al mes en servicios por fuera de la cuota, por lo que se genera una facturación de €60 (sin IVA) por socio al mes.
Imaginemos que este centro ha tenido, en este último año, una tasa de abandono medio del 5 % mensual, lo que equivale a un 60 % anual o, lo que es lo mismo, una media de 150 bajas al mes, que equivale a 1.800 bajas al año. Frente a esta situación, este club decide apostar por la fidelización y contrata a un Fidelity Manager con un coste anual para la empresa de €27.000 euros (€2.250 euros por mes).
Con los datos anteriores, podemos dividir el coste del puesto (€2.250/mes) por la facturación media por socio (€60), lo que da como resultado que la persona debe conseguir bajar en 38 el número de bajas mensuales. Esto equivale a pasar de una tasa de abandono del 5 % mensual (60 % anual) a una del 4 % mensual (48 % anual). En definitiva, se trata de alcanzar una mejora del 20 % en la tasa de abandono.
Sin embargo, este cálculo no es real, ya que estamos teniendo en cuenta que cada baja que se evita dura sólo un mes en el club, algo que no es habitual. Para completar el análisis, tenemos que introducir otro concepto, el de la vida media del cliente.
Con los datos del año anterior, la vida media estaba en 20 meses, es decir, cuando un cliente se da de alta en el club permanece, en promedio, 20 meses como socio. Imaginemos que al apostar por la fidelización se mejora la vida media en un 20 %, es decir, se alarga de 20 a 24 meses. Teniendo en cuenta que cada socio deja en el gimnasio €60 al mes, el valor del cliente durante toda su vida media habría pasado de €1.200 a €1.440 euros.
En este caso, solo haría falta retener a 9 socios al mes con un incremento de 4 meses en su vida media para cubrir el coste del Fidelity Manager o, lo que es lo mismo, reducir en un 5 % el número de bajas, alargando 4 meses su vida en el club.
Pero este cálculo tampoco es del todo completo, ya que uno de los aspectos clave para mejorar la fidelización es aumentar la venta de servicios fuera de la cuota. De hecho, esa es una de las áreas de trabajo del Fidelity Manager. Si aumentan las ventas fuera de cuota, la facturación media por socio se incrementa en la misma medida, por lo que el número de bajas a evitar para cubrir su salario se reduce. En ese caso, todavía sería más fácil rentabilizar su puesto de trabajo.
Obviamente, estos número cambiarían drásticamente si la cuota del club es más elevada o si en lugar de contratar al Fidelity Manager a jornada completa, se contrata inicialmente con horario parcial y, por lo tanto, con un menor coste para la empresa.
Sabemos que cada gimnasio es diferente y el objetivo de este ejemplo sólo es mostrar una metodología para calcular el retorno de la inversión en este puesto y, también, para definir los objetivos que debe conseguir en el plazo de un año.
Nuestro sector tiene todavía mucho que avanzar en el área de fidelización, ya que las tasas de abandono actuales son demasiado elevadas y están frenando el crecimiento de muchos clubes. Ha llegado el momento de poner el foco de manera seria en este aspecto y uno de los primeros pasos es crear el puesto sobre el que debe recaer la máxima responsabilidad en este tema.
No tengo duda de que, igual que pasó en el área comercial, vamos a ver en los próximos años cómo un gran número de gimnasios crean puestos de fidelización y especialmente el de Fidelity Manager.

Fidelizando a través de las cuotas

¿Es posible aumentar la vida media de los socios con una estrategia de precios? Como veremos en este artículo, diversos estudios demuestran una correlación entre algunas estrategias de precios y el tiempo que un cliente permanece como socio del club. Es posible que cuando analices algunas estrategias de precios y su incidencia en el tiempo de permanencia de un socio en tu club, pienses que el aumento en la vida media de ese socio se debe más a un efecto de “retención” que a una verdadera “fidelización”. Sin embargo, yo pienso que la línea que separa estos dos conceptos es muy fina y que, por lo tanto, siempre que un club se preocupe por dar un buen servicio y satisfacer a sus clientes, no tiene sentido diferenciar entre retención y fidelización. La fidelización consiste en mantener una relación estable y duradera con los clientes, y eso se consigue siempre con una mezcla de acciones, unas que refuerzan el deseo del cliente de permanecer como socio y otras que generan ciertas barreras a su salida. De hecho, las acciones que suponen una barrera para que se vaya nos permiten ganar tiempo con ese socio para poder realizar acciones que refuercen los vínculos y para aumentar su frecuencia de uso y los beneficios que obtiene del ejercicio. En el año 2001 la Sports and Fitness Industry Association (SFIA), del Reino Unido, publicó un informe titulado “Winning the retention battle” (Ganando la batalla de la retención) basado en estudios realizados con 64 clubes ingleses y con un total de 72.354 clientes. Estos estudios demostraban que los clientes que pagan “cuota de inscripción” tenían un 21% más de probabilidades de seguir como socios al final del primer año. En esa misma línea, en el año 2008, la International Health, Racquet and Sportsclub Association (IHRSA) publicó la “Guía IHRSA para la retención de socios” y estableció que los clubes con cuotas de inscripción altas (especialmente las superiores a 200€), tenían ratios de fidelización superiores. Estos estudios confirman lo que dice la psicología sobre el comportamiento humano: “Lo que conseguimos de manera fácil pierde su valor, mientras que damos más valor a lo que nos cuesta esfuerzo conseguir”. La cuota de inscripción marca de alguna manera el “valor” de un club y supone una barrera de salida importante. Es verdad que puede frenar la captación de nuevos socios, pero hay soluciones para evitar este efecto negativo y mantener al mismo tiempo un importe en la inscripción. La cuota de inscripción es además el principal elemento que tenemos para generar promociones y estimular la captación, ya que nos ayuda a ofrecer al cliente la oportunidad de realizar una “compra inteligente” o lo que es lo mismo, comprar un producto a un precio por debajo de su valor. Algo parecido a lo que pasa con la cuota de inscripción, ocurre con la cuota mensual. Los clubes con cuotas elevadas tienen un ratio de retención más alto que los clubes con cuotas medias o bajas. Tal y como apuntaba John McCarthy en el informe de IHRSA, “los clubes con cuotas bajas, casi sin excepción, tienen baja retención de sus socios”. El importe de la cuota de inscripción y de la cuota mensual también tiene un efecto sobre la fidelización, en parte, por otros motivos. Por un lado, los clientes que acuden a clubes de mayor precio suelen ser personas de mayor edad, de mayor nivel de formación y de mayor poder adquisitivo. Todos ellos son factores que potencian la fidelización. Por otro lado, los clubes que son capaces de cobrar cuotas más altas, suelen trabajar con mayores márgenes y, por lo tanto, pueden tener estructuras mejor dimensionadas y más profesionalizadas. Los estudios revelan también que las cuotas familiares y corporativas (empresas y grupos) tienen mayor retención que las cuotas individuales. Es por ese motivo que las tasas de retención más altas del sector se dan en clubes familiares, con oferta para todas las edades y que tienen un gran porcentaje de sus clientes vinculados a cuotas de familia. Teniendo en cuenta el dato de que las cuotas de grupo generan mayor fidelización que las individuales, muchos clubes que no trabajan el concepto familiar, han optado por generar cuotas dúo, trio o grupales, aplicando un descuento en la cuota siempre y cuando se mantengan como socios todos los integrantes de ese grupo. En lo que hace referencia a la forma de pago, los clientes que pagan el año por adelantado tienen un 20% más de probabilidades de mantenerse como socios activos al final del año, en comparación con los que pagan mes a mes sin compromiso de permanencia. Por otro lado, los clientes que pagan mensualmente tienen un 12’5% más de probabilidad de renovar que los que pagan el año por adelantado. Estos datos pueden parecer contradictorios, pero no lo son. Los clientes que pagan por adelantado adquieren un compromiso de permanencia, y obviamente, gran parte de ellos intentan aprovechar un servicio que ya tienen pagado y se fuerzan más a seguir acudiendo al club. Por lo tanto, este tipo de compromiso ayuda a que el cliente se automotive a seguir enganchado con el ejercicio. La parte negativa de estos pagos por adelantado es que cuando llega el momento de la renovación, muchos clientes hacen el balance de si han aprovechado realmente lo que pagaron el año anterior. En los casos en que ese balance no es muy positivo, los clientes deciden no renovar por un año más, ya que eso supone pagar una cantidad de dinero importante. Por este motivo, los clientes que pagan mensualmente renuevan con más facilidad, ya que cogen el hábito de pagar cada mes y además las cantidades que pagan cada vez son más pequeñas, por lo que les es más fácil renovar. Además, el hecho de pagar mensualmente hace que el cliente vea su pertenencia al club como algo continuado, y no en periodos de un año. A pesar de que los que pagan el año por adelantado renuevan menos, siguen teniendo una retención mayor si se analizan varios años, ya que la menor renovación se compensa con una mayor retención durante el año. Algunos clubes están utilizando ahora estrategias de cuotas que intentan combinar los aspectos positivos de estas dos modalidades de pago. Para ello establecen un compromiso anual con el cliente, pero en lugar de cobrarle todo el año de golpe, le cobran solo el mes actual y una especie de fianza por el último mes, y el resto lo va pagando mensualmente. De esta manera, el cliente adquiere el hábito del pago mensual y cuando llega el momento de la renovación, el importe a pagar sigue siendo pequeño, ya que es el correspondiente a una mensualidad. Como hemos visto, algunas estrategias de precios pueden ayudar a aumentar la fidelización, pero estrategias erróneas también pueden reducirla. En un estudio que publicamos a finales de 2013 desde WSC Consulting, con el patrocinio de Precor, realizamos encuestas a más de 6.000 clientes de 22 clubes de fitness de España y llegamos a la conclusión de que una de las cosas que genera mayor insatisfacción, es la diferencia entre los precios que pagan los socios de una misma instalación. Es posible que en algunos casos estas diferencias estén justificadas por temas de antigüedad, edad, horario u otros motivos, pero sabemos que en muchos casos eso no es así y esas diferencias son simplemente el resultado de promociones puntuales o de negociaciones individuales. Cuando ese es el caso, debemos ser conscientes de que los clientes acaban hablando de precios entre sí y, como hemos visto en este estudio, esas diferencias de precios son la causa de una gran insatisfacción en algunos clientes. Éste es uno de los motivos por los cuales solemos recomendar a los clubes que no utilicen nunca la cuota mensual como elemento de promoción para la captación. Es más adecuado utilizar para esos fines la cuota de inscripción, regalos o servicios de valor añadido, pero no la cuota mensual, ya que además de generar insatisfacción entre los socios, se pone en peligro la fuente principal de ingresos del club. Como conclusión, cuando te sientes a definir las cuotas de tu club ten en cuenta no solo aspectos de rentabilidad a corto plazo, sino también cómo esas cuotas pueden ayudar a mejorar la fidelización de los clientes y, por lo tanto, la rentabilidad del club a medio y largo plazo.