Innovación y tendencias en equipamiento fitness

A medida que la industria del fitness continúa evolucionando, la innovación juega un papel crucial en la forma en que abordamos el ejercicio, el entrenamiento y el bienestar general. En los últimos años, fuimos testigos de avances significativos en los equipos de fitness, impulsados ​​tanto por la tecnología como por las preferencias cambiantes de los consumidores. Profundicemos en las emocionantes innovaciones y tendencias que están dando forma al futuro de los equipos de fitness y cómo los gimnasios pueden integrarlas para mejorar la experiencia del usuario.

El papel de la conectividad en el fitness

Una de las innovaciones más impactantes en el ámbito de los equipos de fitness fue la integración de la conectividad. Con el auge de la tecnología portátil y las plataformas de redes sociales, el fitness ya no se trata solo del rendimiento físico. Se trata de conectarse con otros, compartir nuestros logros y motivarnos mutuamente para superar nuestros límites. Las plataformas que nos permiten realizar un seguimiento del progreso y participar en desafíos grupales han hecho que el fitness sea más social, agradable y accesible para un público más joven. La gamificación del fitness, que incluye entrenamientos grupales y sesiones de cardio, abrió las puertas a personas a las que antes no les atraía el ejercicio. Ya no se trata solo de verse bien, sino también de sentirse bien. El fitness se convirtió en una forma de vida, un espacio donde los logros se pueden celebrar en línea, motivando no solo a las personas, sino a comunidades enteras a mantenerse activas.

Adopción de avances tecnológicos

El rápido desarrollo de la tecnología en los equipos de fitness es verdaderamente transformador. De cara al futuro, la conectividad será una tendencia clave que impulsará el diseño de los equipos de gimnasio del futuro. En los próximos cinco años, podemos esperar una tecnología más avanzada que facilite y haga más efectiva la integración de rutinas de fitness. Ahora que todo se está moviendo hacia Internet, los usuarios pueden acceder a datos en tiempo real, hacer un seguimiento de su progreso y participar en entrenamientos personalizados desde cualquier lugar. El objetivo es hacer que el fitness sea accesible y sin complicaciones, lo que permite a los usuarios aprovechar al máximo su entrenamiento con el mínimo esfuerzo. Para los propietarios de gimnasios y los fabricantes de equipos, este cambio representa una oportunidad para diseñar máquinas más intuitivas, conectadas y fáciles de usar.

Mejorando la experiencia del usuario a través de la tecnología

Incorporar tecnología a los equipos de gimnasios es más que simplemente agregar funciones sofisticadas; se trata de mejorar la experiencia del usuario. Al reducir el tiempo que los usuarios tardan en configurar sus máquinas o ingresar datos, los gimnasios pueden reducir el estrés y aumentar la participación. Un proceso de incorporación optimizado combinado con mediciones en tiempo real y ajustes automáticos facilitará a los miembros el uso de los equipos y, a su vez, aumentará sus tasas de participación. Cuanto más sencilla sea la experiencia, más probabilidades hay de que las personas se mantengan fieles a sus rutinas de ejercicio. Este enfoque no solo mejora la calidad de cada entrenamiento, sino que también fomenta el compromiso a largo plazo de los asistentes al gimnasio, lo que en última instancia aumenta la retención y la satisfacción de los miembros.

La sostenibilidad y el movimiento verde

La sostenibilidad es otro factor importante que ha dado forma a la industria del fitness en los últimos años. Ante la creciente demanda de productos ecológicos, los fabricantes de equipos de fitness tomaron medidas para garantizar que sus procesos tengan certificación ecológica. En MBH Fitness, por ejemplo, incluso el embalaje se estudia cuidadosamente para reducir los residuos y se utilizan materiales sostenibles en el proceso de fabricación. Los clientes son cada vez más conscientes del impacto medioambiental de los productos que utilizan y muchos están dispuestos a pagar un precio superior por equipos que se ajusten a sus valores. Esta tendencia no es solo una moda pasajera, sino un movimiento que refleja un impulso más amplio hacia la sostenibilidad en todos los aspectos de nuestra vida diaria.

Personalización y participación de los miembros

La personalización es otra tendencia importante que está dando forma a los equipos de fitness. En el mercado actual, no basta con ofrecer máquinas estándar; los gimnasios deben atender las necesidades y preferencias individuales. Cambiar los equipos con regularidad (cada cinco años aproximadamente) mantiene a los miembros interesados ​​y entusiasmados con su entorno de entrenamiento. Recopilar comentarios a través de cuestionarios, hablar directamente con los miembros y prestar atención a sus necesidades puede brindar información valiosa sobre qué cambios son necesarios. En el caso de los hoteles y los gimnasios, la personalización de los equipos de entrenamiento puede mejorar la experiencia general y ofrecer algo único que haga que los miembros vuelvan. Este enfoque también demuestra un compromiso con la satisfacción de los miembros, ya que los hace sentir valorados y escuchados.

Innovación para el rendimiento y la experiencia

En MBH Fitness, creemos que la innovación en equipos de fitness debe equilibrar tanto el rendimiento físico como la experiencia general del usuario. Nos tomamos muy en serio la biomecánica y nos aseguramos de que cada máquina que producimos esté diseñada con los ángulos correctos, las curvas de fuerza adecuadas y un funcionamiento suave. Nuestra próxima cinta de correr, por ejemplo, cuenta con una pantalla giratoria, lo que permite a los usuarios disfrutar de actividades como mirar Netflix o navegar por Internet mientras hacen ejercicio. Esta integración de entretenimiento y ejercicio crea una experiencia de entrenamiento más agradable, lo que facilita que las personas se mantengan motivadas y comprometidas. Son innovaciones como estas las que seguirán dando forma al futuro del fitness, donde el rendimiento físico y la experiencia del usuario van de la mano.

En búsqueda del océano azul

Con una propuesta de valor clara, diferente e innovadora, un gimnasio puede navegar aguas inexploradas, con poca competencia y con márgenes más generosos. Un gimnasio es un espacio que permite a sus usuarios hacer ejercicio físico luego de abonar una cuota que les da derecho a utilizar sus instalaciones. Las propuestas que ofrecen los gimnasios varían según la amplitud del local, la disponibilidad de equipos, las disciplinas brindadas, la tecnología, el personal, los amenities, etc. Si bien las características descriptivas y técnicas de este tipo de espacios de fitness son fáciles de identificar, no sucede lo mismo con sus propuestas de valor. De qué estamos hablando La propuesta de valor es la estrategia que tiene como objetivo maximizar la demanda a partir del diseño de la oferta, basándose en los atributos y beneficios que sean más valorados por los clientes a partir de satisfacer sus necesidades y deseos. Siempre con base en una relación mutuamente beneficiosa y sostenible para ambas partes. De no existir, o si no se comunica claramente la propuesta de valor, los clientes y potenciales clientes perciben al gimnasio como un “commodity”, es decir un producto o un servicio genérico, sin diferenciación cualitativa, es decir que pasa a ser “uno mas”. Esta situación provoca que la elección del consumidor se base en el análisis de variables cuantitativas, como pueden ser el precio o la ubicación. Esto coloca al gimnasio en un contexto llamado “océano rojo”, un concepto asociado a mercados en los que prevalecen ideas usadas, a servicios conocidos, y con un alto nivel de competencia. En ese tipo de contextos, habitualmente los actores apuestan por estrategias de precios bajos, lo cual implica involucrarse en un negocio de volumen, donde el margen de rentabilidad es reducido y en el que no todos son aptos para competir y subsistir. El hecho de ser elegidos por variables como precio o por ubicación configura un perfil de cliente “precario” o con un bajísimo nivel de fidelización, ya que existen altas probabilidades de que esos usuarios tomen la decisión de reemplazar el gimnasio ante cualquier propuesta más satisfactoria respecto de dichas variables. Por el contrario, la definición de una propuesta de valor clara, con un diferencial, coloca al gimnasio en un plano distinto, el del llamado “Océano Azul”, donde la competencia es inexistente o escasa, donde pueden encontrarse márgenes de utilidad más generosos. Allí no se lucha por mantenerse, sino que se disfruta y se crece con más rapidez. El “Océano Azul” es un espacio poco nada explorado, con altas perspectivas para los que ingresen primero. En esas aguas no se ofrece lo que se demanda hoy, sino algo mejor. Pero, ¿cómo identificar un Océano Azul”? Diferenciarse a través de la innovación Partiendo de la conocida frase “lo único constante es el cambio”, inferimos que tanto los mercados, como los competidores y los consumidores son dinámicos. Es decir que cambian sus formas, sus posicionamientos y sus preferencias de manera constante. La relación entre el ser humano y los cambios es de amor-odio, pero es esa dinámica la que incentiva a la sociedad a la mejora continua. En este escenario, optar por el status quo implica quedar fuera de competencia. No importa cuántos gimnasios existan en el mercado, el consumidor suele preferir ese que es diferente y ofrece algo novedoso. Como lo mencioné, la propuesta de valor es un conjunto de beneficios o atributos por los que los clientes eligen una empresa en vez de otra. Existen diferentes formas de diferenciarse como pueden ser: por personalización, por desempeño o por status. Sin embargo, la innovación es una de las herramientas más poderosas para diferenciarnos. El concepto de innovación está relacionado con la introducción de novedad. Es decir que implica generar cambios o modificar elementos existentes con el fin de mejorarlos para agregar valor a los consumidores. Si bien existen prejuicios entorno a este concepto, la innovación no es ni debe considerarse como algo exclusivo de las grandes empresas. Tampoco es sinónimo de alta tecnología, ni siquiera algo necesariamente costoso. Innovar es encontrar nuevas formas de crear valor para el consumidor o usuario final. Si bien es cierto que hacerlo demanda recursos, esto no significa que harán falta grandes volúmenes de dinero, pero sí que se necesitarán recursos como la creatividad, el pensamiento estratégico, el tiempo, la observación, el desarrollo de prototipos y análisis. Hoy en día la gestión de la innovación se desarrolla a través del “desing thinking”, una metodología originaria del mundo del diseño, que fomenta la creatividad y facilita los procesos de innovación en las empresas, ya sea en materia de productos o de servicios, en el modelo de negocio, en la gestión y en el marketing, entre otros aspectos.

El freno a la innovación

La incorporación de las nuevas tecnologías a la vida cotidiana de las personas es una clara realidad. Valoradas por el nivel de autoservicio que ofrecen a los usuarios, todavía son muchos los operadores que se resisten a incorporarlas a sus gimnasios.
Vivimos una época de rápida transformación en la que las nuevas tecnologías forman parte de nuestra vida cotidiana, en un uso cada vez más normalizado y extendido. Sin duda,  la llegada de los “smartphones” marcó un antes y un después en nuestra forma de actuar e interactuar.
Esos teléfonos inteligentes son cada vez menos teléfonos y más instrumentos de gestiones personales, desde los que realizamos transferencias, consultamos el correo electrónico, reservamos un hotel o vendemos un mueble de segunda mano de forma ágil, atractiva y segura.
Sabemos que el autoservicio es un elemento de satisfacción por sí mismo. A efectos prácticos, valoramos muy positivamente la flexibilidad que nos proporciona poder realizar cualquier gestión desde nuestro teléfono. No sólo en cuanto a la optimización del tiempo. Emocionalmente, es un claro elemento de motivación y de refuerzo personal y social.
Sin embargo, podemos detectar que ese cambio –ya producido en el plano personal– va un paso por detrás cuando hablamos de empresas u organizaciones. En muchos casos, seguimos confeccionando estadísticas en hojas de cálculo, atendemos telefónicamente las reservas anotándolas en papel y realizamos inscripciones y ventas de forma exclusivamente presencial. Todo ello es, sin duda, un freno a la innovación.
¿Por qué es así? Muchas veces los gestores valoramos erróneamente la digitalización de un proceso establecido como una pesada tarea y una carga de tiempo. Desconociendo que quizás resulte más sencillo de lo que solemos pensar a priori y sin tener una previsión clara de los beneficios que dicho cambio conlleva a corto plazo, no sólo económicos.
En cualquier caso, debemos pensar en ello como una apuesta por la innovación que  no sólo nos refuerza en marca y posicionamiento, sino que nos alinea con una realidad social de clara tendencia.
Por supuesto, será muy bien recibido por parte de nuestro equipo ya que, además de proporcionarles herramientas de trabajo más ágiles y de renovar su motivación, tendrán una imagen de mayor modernidad, solidez y solvencia de la empresa y el proyecto en común.
CRM (Customer Relationship Management), softwares de gestión de reservas, plataformas de inscripciones online o portales de e-commerce son algunas de las herramientas que van a quitar el freno a la innovación. Hay más. Y vendrán más aún…
Previsión de datos de acceso a internet según dispositivos.