Hoy se reabren los gimnasios en la República Checa

Desde este lunes pueden reabrir en la República Checa una nueva serie de establecimientos, de acuerdo con el levantamiento progresivo de restricciones contra el coronavirus que estableció el Gobierno de ese país.

Entre los principales beneficiados se encuentran los establecimientos inferiores a 2500 metros cuadrados que no se funcionen dentro de centros comerciales. Sin embargo, estos comercios deberán respetar estrictas normas de higiene y los clientes tendrán que guardar cierta distancia.

“En las tiendas de ropa todo el personal deberá llevar guantes, y no se permitirá a los clientes que se prueben las prendas”, explica Renata Povolná, jefa del Departamento de Prensa del Ministerio de Salud.

Por su parte, los gimnasios también vuelven a funcionar. Será posible ejercitarse en el interior de estos centros, pero en todo momento habrá que llevar barbjio y será necesario desinfectar las máquinas y cualquier material deportivo después de usarlo. Además, no estará permitido usar los vestuarios ni las duchas.

“En abril creció el número de usuarios del gimnasio respecto de marzo”, dice Valentín Saal desde China

En abril volvió a entrenar un tercio de los usuarios del gimnasio Physical Fitness, de Shangai, China, que reabrió sus puertas en marzo tras estar cerrado durante un mes y medio a causa del Covid-19. “De sus 2000 socios regulares, en marzo volvieron 400/500, en abril ya hubo 700/800 socios y en mayo esperan más”, relata el mendocino Valentín Saal. Ayer, en un correo enviado a Mercado Fitness, el joven argentino que vive en Shanghai hace dos años, comentó que desde el gimnasio ya le comunicaron que “me darán dos meses de compensación por el mes y medio que estuvieron cerrados. Esta sede de 2000m2 de Physical Fitness, se mantuvo cerrada entre el 25 de enero y el 13 de marzo pasado. Según relata Saal, el número de personas –incluido el staff de limpieza- que trabajan en el gimnasio se mantuvo igual. “En febrero les dieron vacaciones a todos, pero les pagaron un sueldo mínimo”, comenta. Vale aclarar que el sueldo se los pagó el gimnasio, ya que el “Gobierno sólo dio ayudas en temas impositivos pero no pagó sueldos”, añade. Las mayores diferencias que Saal nota en el gimnasio respecto al momento anterior al cierre son: una menor cantidad de sillas en el área de social, la mayor distancia entre los equipos cardio y el uso obligatorio de barbijos. “Si alguien se quita el barbijo mientras entrena, el staff del gimnasio le llama la atención y debe ponérselo nuevamente”, dice. En esta línea, Saal subraya que todas estas medidas de seguridad –así como también el número limitado de personas que pueden estar en el lugar al mismo tiempo, la disponibilidad de alcohol en gel y el control de temperatura, etc.- son exigidas por el Estado, “no son voluntarias y en el gimnasio saben que pueden recibir inspecciones”.