“Las clases online no pueden reemplazar las experiencias en vivo”, dice Will Wang, CEO de Will’s Fitness Club, de China

“Las clases online de fitness no pueden reemplazar las experiencias en vivo en los gimnasios, pero son realmente importantes para mejorar la atracción y la retención de los miembros”, opina Will Wang, CEO de Will’s Fitness Club, de China, quien logró reabrir hace un mes 11 de sus gimnasios en Shangahi.

En esta línea el empresario agregó: “Los entrenamientos en línea solo pueden mantener a los miembros motivados y ayudarlos a seguir quemando algunas calorías en casa, pero las experiencias en el gimnasio no pueden ser reemplazadas. Cuando la situación del virus se contenga y termine, los clientes volverán a los gimnasios bajo la guía de sus profesores”.

Wang proyecta tener un 50% de sus sedes abiertas para el segundo semestre del año. Al anunciar la reapertura, esta cadena publicó un comunicado con “fotos que mostraban los resguardos de higiene que tomamos, y que fueron aprobados por el Gobierno. Eso sirvió para que los socios tuvieran confianza y nos vieran como lugares seguros”, señala Wang.

“También preparamos invitaciones a nuestros empleados y lanzamos nuevas promociones”, explica el CEO de Will´s Fitness Club. “Las personas aumentaron de peso después de dos meses de estar en casa, por lo que la primavera es una buena temporada para atraer de regreso al gimnasio a los miembros que quieren prepararse para el verano”, concluye Wang.

En el caso de esta cadena, todas las membresías son prepagas anuales -algunas incluso son de varios años- “y por eso nos comprometimos a extenderlas al finalizar el contrato por el mismo tiempo que estuvimos cerrados”, explica el empresario. Durante el cierre, usaron las redes sociales para brindar consejos de nutrición y acondicionamiento a sus socios.

“También aprovechamos –prosigue- para capacitar online a nuestro equipo en el proceso de bienvenida a nuestros miembros, en los detalles de higiene y gestión del nuevo escenario. Además hicimos una limpieza profunda de las instalaciones para estar preparados para la reapertura, respetando todas las orientaciones del Gobierno y los requisitos impuestos”.

Entre esos requisitos que exigió el Gobierno chino para abrir, Wang destaca la responsabilidad total. “El gimnasio asume la responsabilidad total por las consecuencias si se descubren casos confirmados de Covid-19 dentro de sus instalaciones. Por eso tuvimos que darles un mensaje claro a los miembros y empleados en este sentido”, comparte Wang.

“En abril creció el número de usuarios del gimnasio respecto de marzo”, dice Valentín Saal desde China

En abril volvió a entrenar un tercio de los usuarios del gimnasio Physical Fitness, de Shangai, China, que reabrió sus puertas en marzo tras estar cerrado durante un mes y medio a causa del Covid-19. “De sus 2000 socios regulares, en marzo volvieron 400/500, en abril ya hubo 700/800 socios y en mayo esperan más”, relata el mendocino Valentín Saal. Ayer, en un correo enviado a Mercado Fitness, el joven argentino que vive en Shanghai hace dos años, comentó que desde el gimnasio ya le comunicaron que “me darán dos meses de compensación por el mes y medio que estuvieron cerrados. Esta sede de 2000m2 de Physical Fitness, se mantuvo cerrada entre el 25 de enero y el 13 de marzo pasado. Según relata Saal, el número de personas –incluido el staff de limpieza- que trabajan en el gimnasio se mantuvo igual. “En febrero les dieron vacaciones a todos, pero les pagaron un sueldo mínimo”, comenta. Vale aclarar que el sueldo se los pagó el gimnasio, ya que el “Gobierno sólo dio ayudas en temas impositivos pero no pagó sueldos”, añade. Las mayores diferencias que Saal nota en el gimnasio respecto al momento anterior al cierre son: una menor cantidad de sillas en el área de social, la mayor distancia entre los equipos cardio y el uso obligatorio de barbijos. “Si alguien se quita el barbijo mientras entrena, el staff del gimnasio le llama la atención y debe ponérselo nuevamente”, dice. En esta línea, Saal subraya que todas estas medidas de seguridad –así como también el número limitado de personas que pueden estar en el lugar al mismo tiempo, la disponibilidad de alcohol en gel y el control de temperatura, etc.- son exigidas por el Estado, “no son voluntarias y en el gimnasio saben que pueden recibir inspecciones”.