El cambio acelerado puede ser brutal

Como alguna vez dijo Charles Darwin, “no es la más fuerte de las especies la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que mejor se adapta a los cambios”. Los operadores de clubes y gimnasios que ignoren este mensaje van a sufrir una muerte lenta y dolorosa.
En el excelente blog que Bill Taylor posee en el portal del Harvard Business Review (http://blogs.hbr.org), este experto hace una pregunta muy simple, pero muy poderosa: ¿Estás aprendiendo tan rápido como el mundo está cambiando?
Al hacer mi investigación para este artículo, he ingresado en varios sitios web de gimnasios de distintas partes del mundo y, para ser perfectamente honesto, no son muy buenos. En realidad, son muy pobres.
Es cierto que la mayoría de ellos han superado la fase inicial en la web, pero, aún así, muchos de ellos ofrecen de manera descuidada los horarios de las clases, las opciones de membresía y así sucesivamente.
Lo mismo sucede al visitar las páginas de Facebook y Twitter de estos gimnasios: están atrapados en la misma cápsula del tiempo. Es decir, utilizan las redes sociales principalmente para enviar mensajes promocionales no muy sutiles.
Entonces, ¿en dónde quedó la creación de comunidad, inspiración, información y educación? ¿Dónde quedó la biblioteca, la sala de descanso, el área de pesaje, el foro, la galería de fotos, las clases virtuales, la sección comercial (llena de ofertas y alianzas con los minoristas locales) y la opción de afiliación online?
Ésta es la realidad, casi todos los informes de la industria en la última década señalan que, a pesar de los esfuerzos realizados por los gobiernos y las propias asociaciones de gimnasios, no se está generando compromiso en la comunidad de forma significativa. Dicho de otra manera, sólo una de cada diez personas desea lo que el sector ofrece y está dispuesta a pagar por ello.
Hace un par de años atrás, los gimnasios podrían haber sido perdonados por preguntarse cómo se supone que se puede generar compromiso en las personas que no desean comprometerse con el sector. Sin embargo, con el crecimiento exponencial de la web, en general, y de las redes sociales, en particular, todo esto ha cambiado. Ahora, ¡no hay excusas!
El mundo está en un periodo de cambio acelerado y, como Charles Darwin dijo, “no es la más fuerte de las especies la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que mejor se adapta a los cambios”. Los operadores de clubes y gimnasios que ignoren este mensaje van a sufrir una muerte lenta y dolorosa.
Los que crean que los low cost son los últimos competidores, se equivocan. A futuro se enfrentarán con centros que ofrecerán membresías gratuitas y que generarán su dinero a través de la información, los programas de entrenamiento, las aplicaciones de fitness y demás servicios que vendan a los clientes.
A su vez, el sector enfrentará la competencia de clubes virtuales, que permitirán a los usuarios realizar sus ejercicios cuándo y dónde lo deseen a través de un avatar a medida, que los estimulará por medio de sus smartphones o relojes inteligentes.
Dicho todo esto, el cambio no siempre significa hacer las cosas de manera diferente. A veces, el cambio implica hacer las cosas de la forma en que solíamos hacerlo. A propósito, el ancestral entrenamiento  con el propio peso corporal sigue encabezando las últimas tendencias del Colegio Americano de Medicina del Deporte (ACSM). De hecho, el burpee está de vuelta.
De todas formas, creo que el reconocido escritor francés Marcel Proust puso todo bastante claro cuando dijo: «El verdadero acto de descubrimiento no consiste en encontrar nuevas tierras, sino en ver con nuevos ojos.» Es hora de que veamos a nuestro negocio con nuevos ojos, ¿no les parece?
Tim Webster es Consultor especializado en atención a clientes y social media. Tiene más de 30 años de experiencia en la industria del fitness. Reside en Nueva Zelanda y en el Reino Unido.