En Olavarría, Julián Etchegaray traslada su gimnasio a un espacio de 300 m2
El profesor e instructor Julián Etchegaray, oriundo de la ciudad de Olavarría, muda su gimnasio de un espacio de 300 m2. Allí ofrecerá clases de Spinning, entrenamiento funcional, Running y contará con una amplia sala de aparatos, en la que buscará albergar a un mayor número de clientes por hora. Su inauguración será el 4 de enero.
El principal objetivo de Etchegaray con esta ampliación es darles a sus socios mayor comodidad y facilitarles al mismo tiempo el distanciamiento físico requerido por el protocolo de bioseguridad. El nuevo espacio, ubicado en planta baja, contará con una recepción, una sala para cada actividad, baños y vestuarios. En cuanto al evento de inauguración: “Pienso hacer algo muy tranquilo, no quiero juntar muchas personas. No será una inauguración típica, pero si tendrá una presentación de un rango de tres horas, de manera relajada, para que la gente se pueda acercar y conocer el lugar”, dice el entrenador. Durante los meses de cierre provocados por la pandemia, Echegaray logró conservar a un porcentaje alto de clientes, a los cuales les alquiló equipamiento y ofreció entrenamientos online para que se ejercitaran en sus casas. “Re-significamos el trabajo en equipo, le pusimos buena energía y la gente nos mostró su agradecimiento”, añade. Actualmente, la mayoría de las clases se ofrecen de manera presencial, pero algunas se retransmiten por Zoom. El protocolo de Olavarría exige a los usuarios llevar un barbijo, toalla personal y la aplicación Cuidar. El gimnasio les ofrece sanitizantes, les controla la temperatura al ingresar y les piden completar una ficha de asistencia.
En Olavarría y en Río Cuarto se las ingenian para recaudar fondos para los gimnasios y entrenadores
En Olavarría, provincia de Buenos Aires, y en Río Cuarto, Córdoba, se realizaron actividades para recaudar fondos para gimnasios y profesores que continúan sin poder trabajar debido a la cuarentena. En Olavarría, se hizo una venta de bonos que tenían como premio vouchers de compra por $1000 en una tienda de ciclismo, y en Río Cuarto se vendió locro.
En Olavarría, “la propuesta surgió de Julio González, un empresario del ciclismo que nos ofreció poner un premio para juntar fondos para todos los gimnasios de la ciudad. Lo hablamos con el Municipio, que nos gestionó la confección e impresión de bonos”, comenta Christian Kees, uno de los dueños del Complejo “Lo de Felipe”.
Al principio esta propuesta iba a alcanzar solo a diez gimnasios, pero gracias a la difusión del canal de televisión local y de la radio de Olavarría, se imprimieron bonos para 35 gimnasios. Cada bono tenía un precio de $200, y cada centro de entrenamiento podía vender hasta 100 bonos, con los cuales podía llegar a generar $20 mil pesos.
Desde que se gestó la idea y se hizo el sorteo de los bonos el viernes pasado pasó un mes y medio, y los gimnasios esperan hacer una segunda venta de bonos en 10 días. “Los empresarios tienen que saber que con muy poco pueden ayudar mucho. Acá vendimos bonos 30 gimnasios, y entre todos reunimos $600 mil pesos”, afirma Kees.
“En los próximos días habrá una nueva venta de bonos. La idea es que podamos lanzar esta segunda vuelta a principios del mes de agosto con la misma modalidad. El premio será el mismo, pero no quita que se sume algún otro patrocinador aportando más premios. Simplemente esperamos contar una vez más con el apoyo de la comunidad”, dice Kees.
En Río Cuarto, Jorge Casariego –administrador del gimnasio Costa Norte- y sus profesores realizaron una venta de locro el domingo 19 de julio para generar ingresos para los instructores que no pueden trabajar. “Compartimos esta idea por las redes sociales con nuestros alumnos, con los que estamos en contacto permanente”, dice Casariego.
“Fue muy buena la venta. Se vendieron alrededor de 160 porciones de locro, de las cuales muchas fueron compradas por nuestros clientes para colaborar. Trabajamos 10 profes en esto, con un margen de ganancia de $3000 a $3200 para cada uno. No solo salió bien en lo económico, sino que también fortaleció el equipo”, destaca el administrador.
Casariego y sus profesores no tienen pensado hacer otra venta de locro, pero sí de empanadas o tortas, porque la gente lo pidió. “Todavía no sabemos cuándo vamos a hacer estos eventos, pero sí es algo que pensamos. La incertidumbre que genera la no reapertura del gimnasio nos lleva a preocuparnos, pero con estas iniciativas nos mantenemos unidos”, añade.