En Córdoba, Veracruz, los gimnasios que cuenten con un código QR podrán reabrir cuando haya semáforo naranja
En Beijing, los gimnasios necesitan una licencia especial para reabrir sus puertas
En Beijing, China, “no todos los gimnasios están abiertos, porque se necesita obtener una licencia especial para hacerlo. A mi gimnasio le llevó como un mes obtener esa licencia”, dice Brian. Esta información se desprende de un video fue subido a YouTube el 18 de abril por un argentino, de nombre Brian, que vive en la capital de China.
En un video de poco más de 10 minutos de duración, el joven destaca que la limitación en el número de clientes que pueden estar en el gimnasio al mismo tiempo depende del tamaño del lugar. “En mi gimnasio, que es pequeño, pueden haber hasta 8 personas durante un máximo de una hora”, remarca.
Asimismo, cada cliente “debe reservar online su turno y puede ir a entrenar las veces que quiera por semana siempre que encuentre turnos disponibles”, explica Brian. Como el gimnasio está dentro de un shopping, debe pasar dos puntos de control: uno al entrar al shopping donde le piden datos personales, le toman la temperatura y escanean de su móvil un código QR que es un certificado online que demuestra que cumplió la cuarentena de 14 días o bien que no salió de la ciudad en las últimas dos semanas.Una vez que ingresa al gimnasio, le controlan nuevamente la temperatura y escanean su QR. Este procedimiento, según Brian, se repite en cualquier lugar público donde haya conglomeración de personas.
Por otro lado, el equipamiento tiene que ser desinfectado cada media hora y todas las personas dentro del gimnasio tienen que mantener una distancia mínima entre sí de dos metros. Además, hay que usar barbijo todo el tiempo dentro de la instalación. “Esa es la medida de seguridad que menos me gustó”, dice el joven. Brian entrenó regularmente en su casa durante la cuarentena, pero en su experiencia como usuario destaca: “No es lo mismo, extrañé mucho el gimnasio. Es parte de mi vida”. El muchacho comenta en el video su alegría al reencontrarse con su entrenador y amigos, así como sus ganas de abrazarlos aunque solo pudo saludarlos con el codo. Una vez dentro del gimnasio, se puede observar que ningún equipo cardiovascular está habilitado para su uso. La explicación que le dieron en el gimnasio para esto es que “al usar los equipos cardio las persona inhalan y exhalan a un ritmo más acelerado y eso incrementa el riesgo de contagio del virus”, dice.Además, el gimnasio tiene carteles que les recuerdan a los usuarios la importancia del lavado de manos, la distancia mínima que deben mantener y también hay un cartel que indica dónde debe esperar la gente su turno para ingresar. “Son medidas extrañas pero me gusta nos recuerden estas cosas porque es por nuestra seguridad”, opina.
Después de entrenar, Brian tuvo que lavarse las manos y desinfectar con alcohol su teléfono y su cámara. Quizás una de las cosas más llamativas es que, después de tantos cuidados sanitarios, le invitaron algún tipo de alimento proteico a la salida del gimnasio.Antes de finalizar su video, este argentino en Beijing concluye: “No es lo mismo que antes, ésta es nuestra nueva realidad y creo que es lo más normal que vamos a vivir en 2020”.