Los gimnasios uruguayos podrán reabrir sus puertas el lunes, luego de estar cerrados dos semanas

Luego de las medidas tomadas el 1 de diciembre por el gobierno uruguayo que preside Luis Lacalle Pou para frenar la propagación de COVID-19, entre las que se incluyó el cierre de gimnasios hasta el viernes 18, los centros de fitness reabrirán sus puertas el próximo lunes con un aforo del 30% y con un límite máximo de una hora por sesión de entrenamiento.

La medida había sorprendido a los emprendedores del sector que no se esperaban otro golpe como éste, ya que fue un año muy duro para los dueños de los gimnasios. “Cuando se declaró la cuarentena quedamos todos en shock… en blanco y sin trabajo”, comenta Wilson Prenz, director de Gimnasio Personal.

Prenz, que cuenta con dos sedes, una en el centro de Montevideo y otra en Ciudad de la Costa, señala que “lo permitido fue sacar el gimnasio a la calle porque se liberaron los espacios públicos, pero a nuestros clientes no podíamos conformarlos con actividades al aire libre ya que nosotros no ofrecemos clases grupales, salvo Spinning y Pilates”.

“Este fue un año muy duro. Desde mayo hasta noviembre la facturación fue muy pobre en los dos gimnasios, situación que se replicó en la mayoría de los colegas del sector. Profesores titulares se quedaron sin clases o con menos de la mitad de las horas. El cierre de ahora fue un sacudón terrible, porque nos agarra en temporada baja”, concluye.

Anahí Arvelo, directora de infitGym, también reconoce que no esperaba este cierre. “Lo que nos impactó fue que nos cerraran, porque se implementó por decreto y tuvimos que acatar sin opción, lo cual fue muy diferente a lo ocurrido en marzo cuando se nos exhortó y voluntariamente nos adherimos a medidas que cuidaban la salud de nuestro pueblo”.

“Reaccionamos sacando las clases al aire libre -agrega-, cada uno según sus posibilidades de cercanía a parques, plazas, canteros y a la Rambla. Eso siempre se permitió pero no todos pudieron. En mi caso particular, tengo un fondo acondicionado y pude sacar elementos de musculación, ofrecer clases grupales y mantener la distancia sin cerrar”.

“Pero mis clientes de musculación querían las máquinas y no los contentaba pasar sus rutinas a pesos libres en el exterior. Desde el día 1 del decreto, los invitamos a que vinieran a hacer la actividad ‘a cielo abierto’ como me gusta decir a mí, en el fondo del gimnasio que tiene un lindo jardín. Las clases grupales han tenido adherencia”, comenta.

En otro orden, la dueña de infitGym, opina que “la limitación del aforo al 30% te afecta según el espacio que tengas; sin dudas a los chicos mucho más que a los grandes. Pero preferimos estar abiertos, cumpliendo protocolos, que cerrados”.

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