El entrenamiento de resistencia beneficia la salud mental de los ancianos

El culturismo, especialmente el entrenamiento de resistencia con pesas, beneficia la salud mental de las personas mayores, según un estudio. Se encontró que este tipo de ejercicio puede reducir los síntomas de ansiedad y depresión, mejorar la autonomía funcional y reducir el riesgo de caídas, lesiones y fracturas en esta población. Además, se menciona que el ejercicio en grupo durante el culturismo fomenta la interacción social, lo que también contribuye positivamente a la salud mental de los practicantes mayores. Según Paolo Cunha, líder del estudio, la estructura óptima para el entrenamiento de fuerza en personas mayores sería realizarlo tres veces por semana, con tres series de cada ejercicio y sesiones no muy largas, con alrededor de seis ejercicios por sesión. El estudio también destaca que el uso de equipos de entrenamiento con pesas es más beneficioso para la salud mental que otros métodos de ejercicio de resistencia, como el uso de bandas elásticas o el peso corporal. Según Cunha, "el control de la intensidad y el volumen del ejercicio es más fácil con equipos de pesas, lo que proporciona mejores resultados para la salud mental de los ancianos". Cunha actualmente trabaja en un proyecto de colaboración para analizar el impacto del sedentarismo prolongado en la disfunción vascular y la función cognitiva en los ancianos, en colaboración con el Grupo de Investigación en Intervenciones Clínicas y Enfermedades Cardiovasculares (Gepicardio) del Hospital Israelita Albert Einstein. Aunque se reconocen los beneficios del culturismo para la salud mental de las personas mayores, los investigadores señalan la necesidad de más estudios en esta área para comprender mejor los mecanismos subyacentes y llenar las lagunas en el conocimiento. La investigación, liderada por Paolo Cunha del Instituto Israelita de Ensino e Pesquisa Albert Einstein (Iiepae) y financiada por la FAPESP, revisó más de 200 artículos sobre el tema. Para acceder al estudio completo visite aquí.

Con FrailCheck miden la actividad física en adultos mayores

La residencia Albertia Las Palmeras, el servicio de Geriatría del Hospital Universitario de Guadalajara y la Universidad de Alcalá, en España, están llevando a cabo el proyecto “Diseño y desarrollo de un sistema de detección y análisis de la actividad física y pautas de comportamiento para ayuda al diagnóstico de la fragilidad: FrailCheck”. El objetivo es aplicar la tecnología tratando de prever y adelantarse a posibles problemas de salud, facilitando el diagnóstico y seguimiento. En este sentido, Irene Bartolomé, del departamento de geriatría del hospital, señaló que, “previa a la aparición de un problema clínico, parece observarse que hay una disminución de la movilidad de la persona, una reducción de la marcha y el movimiento, y con esto queremos saber si al valorar ese cambio de actividad podemos anticiparnos a la aparición de ese problema o tratarlo en fases muy iniciales”. Con esa premisa, varios de los residentes de Albertia Las Palmeras ya utilizan el dispositivo del proyecto FrailCheck con el que miden el nivel de actividad física y la velocidad de la marcha, aproximadamente 12 horas diarias (de 9 a 21 horas), durante 7 días. Previo a la colocación del dispositivo, se realizó una Valoración Geriátrica Integral, y durante la semana se registra la hora de colocación, de retirada y todos los posibles eventos que puedan acontecer (caídas, visita de su familia, procesos infecciosos, terapias especiales), obteniendo datos de su situación funcional “basal”. Con estos resultados, si es posible, se realizarán intervenciones terapéuticas sobre sarcopenia, fragilidad, caídas (como introducir suplementos nutricionales, actividad física programada, reeducación de la marcha, etc.) o cuando se sospeche un evento adverso (infección, ánimo depresivo). El proyecto FrailCheck está financiado por la Consejería de Educación, Cultura y Deportes de Castilla-La Mancha y cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional. Comenzó en septiembre de 2018 y tiene una duración de dos años.  Fuente: geriatricarea.com