En Estados Unidos, los gimnasios entran en la fase uno del plan de reapertura de Trump
Cuando el presidente Donald Trump reveló sus directrices para "abrir América de nuevo" la semana pasada, entre los nombres en negrita de los negocios e instituciones que podían reabrir se encontraban restaurantes, cines y lugares de culto - siempre y cuando se adhirieran a los estrictos protocolos de distanciamiento social.
Escondido cerca del final de la lista, justo encima de una advertencia de que los bares deberían permanecer cerrados, había una curiosa inclusión: los gimnasios.Reconocidos como una parte integral de los hábitos de muchos norteamericanos, los gimnasios parecerían presentar un riesgo particular para la propagación por contacto de un virus contagioso. Llenos de gente que suda y respira con dificultad, compartiendo equipamiento y espacios, los gimnasios son en muchos sentidos el último tipo de negocio a priorizar durante una pandemia mortal.
Según un artículo publicado por la CNN, su inclusión es el resultado de una presión de último minuto de una industria no conocida por flexionar sus músculos en Washington. Si bien no todas las grandes empresas formaron parte del esfuerzo, las conversaciones con 10 líderes de la industria de gimnasios revelan una influyente red de relaciones que pusieron en marcha en las últimas semanas y que ayudaron a que los gimnasios estuvieran al frente, incluso para sorpresa de muchos en la industria.
Figuras notables en el esfuerzo incluyen al dueño de un gimnasio en Pensilvania, el hijo de Rudy Giuliani, Andrew, y el magnate inmobiliario Steve Ross, entre otros.
Entre los defensores más influyentes está el fundador, nacido en Irán, de una de las mayores cadenas de gimnasios del país, Bahram Akradi, de Life Time Fitness. Akradi ha estado lanzando a los gobernadores y a la administración Trump lo que él llama un "plan táctico integral y multifacético" para luchar contra el coronavirus y reconstruir la economía.
Ahora este empresario se encuentra en uno de los grupos de trabajo de recuperación económica de Trump y en conferencias telefónicas con el propio presidente, incluso el día antes de que Trump publicara sus nuevas directrices.Múltiples personalidades de esta industria, desde ejecutivos de gigantes como Gold's Gym hasta gimnasios independientes, dijeron a CNN que no esperaban que este sector fuera mencionado en los planes de reapertura de la administración de Trump o del gobernador republicano de Georgia, Brian Kemp, quien anunció el lunes que los gimnasios estaban incluidos en varios negocios de espacio público que podrían comenzar a reabrirse a finales de la semana.
"Tuvimos mucha suerte y pudimos hacer llegar con nuestro mensaje a un par de personas adecuadas", dijo Meredith Poppler, una alta funcionaria de IHRSA. En declaraciones a CNN esta ejecutiva comenzó a presionar a fondo para hacer frente a las consecuencias económicas que afectan a los gimnasios de este país.
Esto –según publicó CNN- incluyó la contratación de más lobbistas y la presión de su mensaje sobre la importancia de la aptitud física durante una pandemia a los legisladores en Washington, así como a los funcionarios de la administración Trump.El mensaje funcionó aún mejor de lo que esperaban. "Nos sorprendimos como nadie cuando vimos al Presidente Trump anunciar las tres fases y que los gimnasios estaban en la primera fase", dijo Poppler.
Fuente: CNN