El ejercicio puede reducir el riesgo de desarrollar Parkinson

El ejercicio puede reducir el riesgo de desarrollar Parkinson

El ejercicio puede reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson y controlar eficazmente los síntomas en los pacientes, según un estudio publicado en el Journal of Neurology, Neurosurgery & Psychiatry. La revisión sugiere que el ejercicio podría actuar como un tratamiento modificador de la enfermedad, ralentizando su progresión y estabilizando, o incluso reduciendo, la necesidad de medicación. "Basándonos en la evidencia actual, proponemos un cambio de paradigma: el ejercicio debe prescribirse como medicamento para las personas con Parkinson en etapa temprana junto con el tratamiento médico convencional", afirma Martin Langeskov Christensen, PhD, profesor asociado de la Universidad de Aarhus en Dinamarca y autor principal del estudio. Según define la revisión, la enfermedad de Parkinson es un trastorno neurológico progresivo e incurable que tiene consecuencias motoras y no motoras perjudiciales. Actualmente, ningún agente farmacológico puede prevenir la evolución o progresión del Parkinson, y los tratamientos farmacológicos tienen efectos limitados en ciertos dominios y causan efectos secundarios. El estudio destaca que el ejercicio debe ser considerado una medicina complementaria al tratamiento convencional del Parkinson. En esta línea, Christensen enfatiza que "el ejercicio realmente puede mejorar la calidad de vida del paciente", proponiendo que los programas de ejercicio personalizados sean integrados en el tratamiento estándar. En este sentido, el estudio señala que los beneficios del ejercicio son amplios y específicos. "Puede ayudar a minimizar las dificultades para caminar, mejorar la fuerza y el equilibrio, y controlar la presión arterial alta", informa. También es crucial, según los investigadores, que los pacientes reciban programas de ejercicio adaptados a sus necesidades individuales y que sean monitoreados por profesionales de la salud. Los investigadores de este estudio concluyeron que el ejercicio es una "intervención segura, barata, accesible y eficaz",  incluso para aquellos pacientes que no pueden realizar ejercicios de alta intensidad, las actividades de baja intensidad pueden proporcionar beneficios significativos. "El mensaje central es que es mejor hacer algo, porque los beneficios superan con creces cualquier posible desventaja", afirma Christensen y concluye:"Si tienes la enfermedad de Parkinson, debes hacer el tipo de ejercicio que más te guste". Para leer el estudio completo visite aquí.