Los gimnasios en Vietnam continúan cerrados a pesar de que no se han registrado muertos en este país por COVID-19
Los gimnasios en Vietnam permanecen cerrados desde principios de marzo pese a que en este país no hubo muertes por Covid-19. Así lo indicó Christian Monteferrante, un entrenador argentino que vive en la ciudad de Ho Chi Minh hace 4 años. Monteferrante es parte del staff de Body by Jovie, un gimnasio de 150 m2 de un barrio de clase media-alta.
“La decisión de cerrar el gimnasio fue voluntaria. De cualquier manera la concurrencia de socios ya había caído bastante en los días previos. Dejamos de operar el 10 de marzo, pero antes ya habíamos empezado a tomarle la temperatura a cada cliente y les pedíamos que se lavaran las manos con alcohol en gel”, señala Monteferrante.
Body by Jovie es un gimnasio orientado al fisicoculturismo: tiene sala de musculación y un salón para yoga. Los paquetes de 10 clases tienen un precio aproximado de U$35 dólares. También trabajan dando clases para niños y bebés, por lo que cuando aparecieron los primeros casos de COVID-19 en el distrito, el gimnasio cerró sus puertas por prevención.
“Para nuestro gym es difícil este momento porque no tiene ingresos, el único servicio que ofrece es en contacto físico con la gente. Algunos entrenadores están haciendo clases gratis por Zoom dentro de las instalaciones para mantener activos a los socios. A mis clientes les mando planes de entrenamiento online, pero no les estoy cobrando”, dice Monteferrante.
En Vietnam no existe una cuarentena obligatoria y general. A las únicas personas que se aísla son a las que lograron entrar a Vietnam luego de la limitación de visas, y a las que presentaron síntomas de coronavirus. “A esas personas se las recluye en sus domicilios por 14 días, con presencia policial en las puertas de sus casas”, destaca.
También existen otras medidas preventivas: “Si salís a tomar un café, te toman la temperatura, te hacen lavar las manos con alcohol en gel, y recién ahí luego te dejan entrar. Incluso para ingresar a edificios de departamentos te controlan. A mí me tomaron la temperatura para entrar a mi vivienda”, explica Monteferrante.
“El uso de barbijos era común antes de la pandemia, pero con la llegada del COVID-19, su utilización se volvió obligatoria. Antes de cerrar no era necesario usarlo dentro de los gimnasios, nosotros no llegamos a entrenar gente con barbijo. Pero es incómodo usarlo, ya que te dificulta la respiración”, comenta.
Según Monteferrante, el gobierno local acaba bajar el nivel de alerta de alta a media, “porque en la mayoría de las provincias no hay casos nuevos y los que había se curaron. Los pronósticos son buenos y están flexibilizando las medidas de distanciamiento social. A partir de este lunes, mi esposa –que es docente- vuelve a la escuela pero a dar clases online”.