En Barcelona, científicos demostraron que el ejercicio físico modifica el ADN

Investigadores del Hospital del Mar de Barcelona comprobaron que el ejercicio físico, si se realiza de manera moderada y vigorosa, modifica las estructuras del ADN. Es decir, actúa sobre un gen asociado con la función de regular los triglicéridos, que en niveles altos puede aumentar el riesgo de contraer enfermedades cardíacas. Los científicos vieron que caminar a diario en forma rápida, o practicar algún deporte al menos treinta minutos aumenta los beneficios para la salud, ya que produce un cambio químico –o metilación- en la molécula del ADN que determina el nivel de expresión de los genes. "Encontramos que la actividad física ligera no se asociaba a ningún tipo de metilación. La única que se relacionaba con cambios era la actividad moderada vigorosa", explica la investigadora Alba Fernández Sanlés. Este estudio se realizó en 2544 personas de entre 35 y 74 años a los que se les realizaron muestras de sangre. "Las personas que hacen más actividad física tienen menos mutilación. Y tener este gen poco metilado es bueno, porque hace que el metabolismo de los triglicéridos esté más activado", señala el doctor Roberto Elosua del Grupo de Epidemiología y Genética Cardiovascular del Hospital del Mar. Los investigadores también encontraron que en la región intergénica- o ADN basura- se encontraron cambios en la metilación. Esta zona está relacionada con factores vinculados al envejecimiento, por lo que, según los científicos, esto explica por qué el entrenamiento físico está asociado a una mayor longevidad. "Este estudio explica cómo nuestro cuerpo se adapta químicamente al ejercicio, que esto puede conllevar beneficios para un mejor metabolismo de las grasas y, eventualmente, un menor riesgo de enfermedad cardiovascular", afirma Manel Esteller, director del programa de Epigenética y Biología del Cáncer del Instituto Bellvitge.

Buscan crear una píldora que genere algunos de los beneficios del ejercicio físico

Científicos de la Universidad de Michigan y de la Universidad Estatal de Wayne están analizando las ventajas de la producción de sestrinas durante el entrenamiento. Éstas son un grupo de proteínas inducidas por el estrés, que actúan como antioxidantes en el organismo humano y serían responsables de los beneficios que genera el ejercicio. Ante dicho hallazgo, este grupo de científicos estadounidenses pretende sintetizar esa proteína natural para convertirla luego en una píldora que sustituya o bien complemente un programa de actividad física. Los investigadores pusieron a prueba dos grupos de moscas de la especie Drosophila. Luego de tres semanas de estudio, estos insectos experimentaron mejoras en su capacidad y resistencia física ante una mayor producción de sestrinas. Por el momento, se comprobó que la sestrina suele acumularse en los músculos luego del entrenamiento. En cuanto a los ratones, descubrieron que la distancia de carrera, la velocidad y la resistencia aumentaron gradualmente durante la investigación, mientras que aquellos animales que carecían de sestrinas no mostraron ninguna mejora. Estos resultados sugieren que la vida útil no se extiende, pero mejora gracias al entrenamiento. "Las sestrinas no son moléculas pequeñas, pero estamos trabajando para encontrar moduladores de ellas", explica el doctor Jun Hee Lee. Este análisis se encuentra en una fase inicial, por lo que –según los investigadores- todavía es temprano para pensar en una pastilla que sustituya los beneficios del entrenamiento. Los hallazgos podrían ayudar a encontrar una solución para el desgaste muscular debido al envejecimiento, entre otras causas. Previamente, Lee había ayudado a la doctora Pura Muñoz-Cánoves, de la Universidad Pompeu Fabra, en un estudio donde se demostró que la sestrina puede ayudar a prevenir la atrofia en músculos inmovilizados.