Un joven catamarqueño con parálisis cerebral completó el curso de entrenador personal

El sábado 19 de diciembre, en la localidad de Recreo (Catamarca), Franco Lindon logró completar el curso de entrenador personal. El joven de 27 años, que padece parálisis cerebral, pudo terminar satisfactoriamente el instructorado que dicta la Escuela de Instructores para Gimnasios, del profesor Fernando Rossi, en el Gimnasio Renacer.

“Franco tiene parálisis cerebral con compromiso intelectual leve, pero severo en lo lingüístico. Escucha y razona pero no puede hablar”, explica Roque Acuña, profesor de educación física que trabaja con personas con discapacidad y que lleva adelante el gimnasio en Recreo, junto con su esposa Ivana Carrizo. “Tiene espasticidad (músculos rígidos) y su motricidad fina es defectuosa pero practica deportes y entrena”, añade. “Franquito”, como suelen llamarlo cariñosamente, tuvo una cardiopatía congénita de bebé y siempre ha sabido sobrellevar su discapacidad por sobre todas las cosas. “Lo conozco porque es una persona muy querida en el pueblo y siempre se lo ha vinculado con el deporte. Le gusta jugar al básquet, al fútbol y al vóley”, comenta Acuña. Además, prosigue Acuña, “asiste a nuestro gimnasio hace 6 años, usa las máquinas de musculación y realiza ejercicios de entrenamiento funcional con algunas adecuaciones”. En esta línea agrega: “Siempre tratamos de estimular a personas con discapacidad a que hagan actividad física y así nació la idea de incluirlo en la escuela de Fernando Rossi”. La “Escuela de Instructores de Gimnasios Santiago del Estero” cuenta con varias sedes en distintas provincias del NOA. “Recreo queda cerca y surge la posibilidad de dictar capacitaciones allí”, cuenta el director Rossi. “El profe Roque me contó que tenía un alumno con cierta discapacidad al que le gustaría estudiar y yo no tuve problema”, dice. “Toda persona es bienvenida y no hacemos ningún tipo de diferencia. Franco inició la cursada de 10 meses, hizo todos los trabajos prácticos y demostró estar muy apto para rendir el examen final y acreditarse. Encima fue año particular en el que tuvimos que adaptarnos al formato online”, agrega Rossi. Al no poder viajar debido a que estaban las provincias cerradas, Rossi le tomó la parte teórica (virtual) y Roque la práctica (presencial). “Entregó un Word con las 15 preguntas respondidas y se le pidió armar una planificación que además tuvo que explicar en una simulación de una sesión en la que su papá hizo de alumno/cliente”, explica Acuña. Franco es un ejemplo de inclusión por medio del fitness. “Nosotros lo vamos a seguir acompañando como profes para que pueda insertarse laboralmente, de acuerdo a sus posibilidades”, dice Rossi. Y, por su parte, Acuña finaliza: “Sin dudas Franco puede convertirse un referente de la actividad física para personas con discapacidad”.