Smart Fit planea abrir entre 23 y 30 gimnasios en Chile para 2025
El grupo brasileño Smart Fit planea abrir entre 23 y 30 gimnasios en Chile para 2025, con una inversión proyectada de US$25 millones de dólares. La expansión incluye la llegada de la cadena a ciudades como Punta Arenas y Valdivia, además de aumentar su presencia en Antofagasta, en Iquique y en diversas zonas de Santiago.
La empresa, que actualmente opera 82 gimnasios bajo la marca Smart Fit y uno más denominado 02, busca diversificar su oferta para atraer a un segmento de clientes dispuestos a pagar más por una experiencia de gimnasio superior, según señala Nicolás Calderón, country manager de la firma en el país.
Además de su expansión tradicional, Smart Fit planea incursionar en el segmento premium del mercado con su marca BioRitmo, ofreciendo un gimnasio con precios entre U$100 y U$150 mensuales. Esta nueva oferta estará disponible a partir de marzo de 2025, inicialmente en el sector oriente de la Región Metropolitana.
El principal público objetivo del grupo abarca desde los 18 hasta los 40 años, quienes no solo buscan bienestar físico, sino también socializar en el gimnasio. La estrategia de expansión se centrará en áreas con alta densidad de población y oficinas, para abordar la congestión que puede surgir cuando muchos usuarios acuden al gimnasio después de su jornada laboral. «Buscamos enfrentar este caso con un horario extenso de funcionamiento y abriendo más gimnasios donde veamos rentabilidad», explica Calderón.
Un aspecto positivo identificado por el ejecutivo es que muchos usuarios incluyeron el costo de la membresía en sus presupuestos, lo que reduce la sensibilidad del negocio ante fluctuaciones económicas. En cuanto a la tasa de personas que pagan por su membresía sin asistir, Calderón estima que este porcentaje es menor al que se creía anteriormente, alcanzando aproximadamente un 30% de los más de 250,000 alumnos.
A pesar del crecimiento sostenido, Smart Fit enfrenta desafíos significativos en su expansión. En este sentido, Calderón menciona la congestión en el sector inmobiliario, que se vio afectada por el estallido social y la pandemia, dificultando la obtención de espacios adecuados. «La oferta inmobiliaria estuvo muy detenida; recién se está reactivando, pero eso significa que los proyectos tardarán en salir a flote, posiblemente hasta 2026 o 2027», indica.
Otro desafío importante es la tramitación de permisos de funcionamiento, un proceso que puede demorar hasta seis meses y que afecta la capacidad de la empresa para abrir nuevos gimnasios. Calderón expresa su preocupación por el enfoque del gobierno en los proyectos de alta inversión, sugiriendo que las pequeñas y medianas empresas también se ven afectadas por la burocracia. Con más de 1.300 trabajadores en Chile, Calderón expresa su optimismo sobre la expansión: «Siempre hay una alta expectativa respecto a Chile, por su ingreso per cápita y el espacio para crecimiento», concluye.