Marketing emocional: La diferencia está en la diferencia

El futuro nos alcanza. Mientras seguimos en la cultura del me too (yo también), hemos pasado de la guerra de servicios a la guerra empresarial más cruel y sangrienta: la de precios. Afinemos pues el pricing de servicios. Afinemos la calidad. Afinemos la gestión de los recursos humanos. Afinemos los perfiles directivos.

En un mercado duramente competitivo, nos enfrentamos a la guerra de la calidad versus el precio. Tenemos enfrente un escenario en el que, quizás afortunadamente, lo único que valen son los resultados financieros. En la diferencia está la diferencia. Ahora sí, sin dudas. Al final somos empresas, ¿no?

Ya no somos alternativas. ¡Y personalmente me alegro! Ya era hora. Los mejores proyectos, los más “emocionalmente humanos” regresamos forzosamente a nuestra esencia. Ellos son los elegidos para poder sobrevivir ante este panorama.

Ahora, surgen muchas preguntas en este inestable y variante contexto:

¿Los consumidores somos fieles a quienes nos satisfacen? Creo que ya no. El paso evolutivo lo ha desmerecido: ya no estamos con quien únicamente nos satisface sino con quien “amamos”. Amar puede ser un término demasiado genérico, romántico, efímero, ¿demasiado popular?

En términos empresariales, lo parece pero no lo es: o te “aman” o no están. No hay lugar en este escenario para los temibles grises. O blanco o negro, la actual situación no da lugar a matices. Bendiciones de la crisis.

¿Qué les parece si intentamos crear un vínculo emocional y sincero con el cliente? El llamado engagement. Saber convertir al cliente en fan, del consumidor al “prosumer”. La empatía, la personalización, la mejora individual de cada cliente, el bienestar y la preocupación real vibran por encima de todo ello.

Ya no podemos vender por vender. Pero sí vender beneficios con causa: proyectos de venta en sinergia; “linkear” al cliente en términos virtuales, de modo que cuando yo te cuido a ti, tú cuidas a otro. Y a ti mismo. Y la gran pregunta es: ¿en qué somos buenos? Y entonces aparece el debate: especialización versus multiservicio.

Siempre he creído en la innovación, en las buenas ideas, y he luchado por mantenerme más o menos creativa, por jamás descartar ninguna de las múltiples ideas que llegan a mi mente ni a las de mi equipo de trabajo, por ser siempre consciente del actual escenario. Así pues: ideas o creatividad + ejecución = resultados.

Hay muchos modelos empresariales que se refieren a ello. Aquí les presento el modelo SIMPLE.

S Sorprender continuamente
I Inventar
M Memorable
P Personalización
L Localización (zona de influencia)
E Experiencia

¿Estamos animados? ¿Nos queda aún energía? Sigamos despiertos, muy conscientes y algo alocados. Como decía Steve Jobs: “Stay hungry, stay foolish”.

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