Escuchar música con ritmo ligero sería favorable para el cerebro y el corazón, según una investigación llevada a cabo por el programa "Trust me, I'm a doctor" de la BBC Two. El experimento fue realizado con 24 voluntarios, que fueron divididos en dos grupos: uno que debía ejercitar con música de este estilo, y otro sin ella. Luego de cinco semanas, los médicos de la Universidad de Ulster, Irlanda del Norte, encontraron que ambos grupos mejoraron su salud, pero quienes habían escuchado música redujeron su grasa corporal un 2,4%, mientras que los que no lo hicieron, disminuyeron un 1,8%. También vieron una diferencia en la caída de la presión arterial. Un artículo de CMD Sport sugiere que las ondas musicales estimulan al cerebro, y lo ayudan a combatir el estrés, a estimular la concentración, a reducir dolores y molestias, y a favorecer el sueño. Además, agrega que la música mejora el estado de ánimo y promueve la necesidad de poner el cuerpo en movimiento. Previamente, la Universidad de Brunel, en Londres, y Spotify habían llevado a cabo un estudio en el que analizaron diferentes canciones, y compararon sus beats por minuto (BPM). Concluyeron que la música Dance se adapta mejor al entrenamiento de fuerza con peso, debido a su ritmo ligero. Sin embargo, el Rap es la música más utilizada durante entrenamientos. Por otra parte, la investigación aconseja que el rock debe evitarse durante la práctica de ejercicios cardiovasculares y de alta intensidad, porque suele experimentar diferentes cambios en el tempo, que pueden afectar el ritmo de entrenamiento.