Las barreras físicas y psicológicas complican la adherencia al ejercicio
Un informe reciente de la EMEA sobre adherencia al ejercicio físico revela que uno de los mayores desafíos para mantener una rutina de actividad física son las barreras físicas, psicológicas, sociales y ambientales que enfrentan las personas, especialmente los adultos mayores. Este fenómeno afecta tanto a quienes llevan un estilo de vida sedentario como a quienes, habiendo iniciado una rutina, encuentran dificultades para sostenerla en el tiempo.
Barreras para la iniciación y el mantenimiento del ejercicio
Las investigaciones indican que existen diferencias significativas entre los problemas que enfrentan los individuos al comenzar un programa de ejercicio y aquellos que ya están involucrados en una rutina. Para quienes intentan comenzar a hacer ejercicio, las barreras más comunes incluyen:- Falta de motivación: Muchos adultos mayores no perciben la necesidad urgente de comenzar a hacer ejercicio debido a una falta de motivación intrínseca.
- Miedo a lesiones: El temor a sufrir lesiones durante la actividad física es un factor disuasivo importante.
- Problemas de salud preexistentes: Las afecciones crónicas son una preocupación significativa que impide que los adultos mayores comiencen a hacer ejercicio.
- Falta de conocimiento: La falta de información sobre cómo comenzar una rutina de ejercicio adecuada y segura es otro obstáculo importante.
- Falta de tiempo: Las responsabilidades personales y familiares interfieren con la capacidad de mantener una rutina constante.
- Baja motivación: Aunque la motivación puede ser alta al principio, mantenerla a lo largo del tiempo es un desafío común.
- Clima y entorno: Las condiciones climáticas adversas y la falta de instalaciones adecuadas dificultan la continuidad del ejercicio.
- Dolores físicos: El malestar físico, aunque no grave, puede desmotivar a las personas mayores a continuar con su rutina.
El impacto de la adherencia al ejercicio según la OMS
La Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca que la adherencia a los protocolos de ejercicio puede mejorar significativamente la salud cardiovascular, la salud mental y reducir el riesgo de enfermedades como la diabetes tipo 2, ciertos tipos de cáncer y la obesidad. Además, la práctica regular de ejercicio, como caminar, mejora la fuerza muscular, la flexibilidad y la calidad de vida. Sin embargo, la OMS también reconoce que existen múltiples barreras para adherirse a estos protocolos, incluidas barreras individuales, sociales y ambientales, como la falta de motivación, el miedo a las lesiones y la percepción de falta de tiempo.Estrategias para mejorar la adherencia al ejercicio
El informe subraya que la mejora de la adherencia al ejercicio requiere un enfoque integral, que tenga en cuenta los factores sociales, ambientales y laborales, así como las perspectivas de comportamiento. A continuación, algunas estrategias recomendadas por la OMS y expertos en el tema:- Educación y concienciación.
- Intervenciones basadas en la comunidad.
- Apoyo social.
- Adaptación de los programas de ejercicio.
- Políticas públicas y entornos físicos adecuados.
- Monitoreo y evaluación de la efectividad.