Nublado, con alta probabilidad de chaparrones y tormentas aisladas
“Desde mañana, el uso de tapabocas dentro del gimnasio es nuevamente obligatorio”, me dijo hace un par de días David Iborra, desde California. Su mensaje me estremeció hasta las entrañas. “Esto no se termina más”, pensé. Y dudé mucho sobre interrumpir mi ciclo de buenas noticias, hablando sobre la recuperación del sector en la post-pandemia.
Lo que ocurre es que, por más que lo anhelemos, la post-pandemia aún no llegó y nos queda un tramo del túnel por recorrer. El 27 de julio, a raíz del creciente número de contagios ocasionado por la variante Delta, el Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos recomendó el uso de tapabocas en espacios cerrados, aún para las personas vacunadas.
Y ayer supimos que en Nueva York, donde el 66% de los adultos están completamente vacunados, se exigirá presentar una constancia de vacunación o bien un testeo negativo a quienes quieran ingresar a un gimnasio. En julio, los contagios diarios en Estados Unidos se multiplicaron por seis alcanzando un nivel que no se veía desde mediados de febrero.
En Israel, de momento, la vida parece normal, con mucha gente en todos lados. Pero la variante Delta preocupa al Gobierno de ese país, que mientras comienza a vacunar con una tercera dosis a sus adultos mayores, impuso el uso de tapabocas en lugares cerrados una vez más y ya se habla en voz baja de un nuevo cierre total en septiembre.
En Australia, la ciudad de Brisbane acaba de entrar en cuarentena y Sídney, la ciudad más importante de ese país, lleva 4 semanas con todo cerrado, incluidos por supuesto los gimnasios. Por ese motivo, la mayor feria de fitness de Australia, que se iba a realizar a fines de julio pasado en forma presencial, también fue cancelada.
En Alemania, según me cuenta Mathías Lego, reina la incertidumbre. Quizás por eso, los organizadores de FIBO, la mayor feria de nuestro sector que suele realizarse en la ciudad de Colonia, decidieron una vez más cancelar el evento que estaba previsto para noviembre próximo y posponerlo para su fecha habitual del mes de abril en 2022.
La incidencia actual de casos en este país es menor a 20 cada 100.000 habitantes. Pero los gimnasios ya saben que si superan los 35, solo podrá recibir a quienes estén vacunados, tengan un test negativo o hayan cursado la enfermedad en los últimos seis meses. Y si la incidencia es mayor a 50 casos cada 100 mil personas, los gimnasios deberán cerrar.
“Y aunque no lleguemos a ese punto –me dice Mathías- ya estamos sufriendo las consecuencias, porque la gente no se anota por miedo a que nos cierren”. El último informe de FitnessKPI lo señala: “La evolución de la pandemia y las eventuales restricciones que el Gobierno imponga crearán un clima de seguridad o de incertidumbre en el consumidor”.
Y mientras esto sucede, distintos países del mundo avanzan a paso firme con la implementación de los famosos pases o pasaportes sanitarios. En Israel le llamaron pase verde. En Portugal, por ejemplo, lo bautizaron Coronapass y es necesario solo si quieres participar de clases grupales, usar un baño sauna u otros servicios de spa.
En España el tema se empezó a discutir en algunas comunidades como las Islas Canarias y Galicia, y las disputas sobre la legalidad de una medida así no se hicieron esperar. En Francia y en Italia esa medida disparó manifestaciones públicas de rechazo entre quienes consideran que ese pase sanitario afecta los derechos individuales de quienes eligen no vacunarse.
En Uruguay, al igual que en la provincia de Buenos Aires, se autorizó recientemente una ampliación de aforo condicionada a que los gimnasios les exijan a sus clientes presentar un certificado de vacunación o un test negativo. Una encuesta reciente de Mercado Fitness, reveló que el 46% -es decir, casi la mitad del sector- está en contra de esa medida.
Igual que sucedió en noviembre del año pasado, me resulta sumamente difícil alertarlos de posibles tormentas cuando todavía disfrutamos de días soleados. Pero no tengo dudas de que, una vez más y lamentablemente, repetiremos la historia que hoy vemos contarse en el hemisferio norte y al otro lado del océano.
En Sudamérica, en las últimas semanas, el sector viene dándonos pequeñas muestras de recuperación. Una recuperación que, en general, es bastante más rápida en las ciudades pequeñas y entre los gimnasios más chicos que en las grandes ciudades y entre los gimnasios de mayor porte. Pero el riesgo de enfrentarnos a un escenario aún más complicado existe.
Definitivamente creo, como vengo diciendo hace meses, que hay luz al final del túnel. Pero también creo que tardaremos un poco más en verla. Porque aunque no imagino nuevos cierres completos –menos en un año electoral, en el caso de Argentina- no tengo dudas de que el irremediable aumento de contagios por la variante Delta nos hará dar varios pasos atrás.
A mi modo de ver, por más que hoy el sol brille sobre nuestros rostros, se vienen días nublados, con alta probabilidad de chaparrones y tormentas aisladas. Así que preparen sus paraguas, porque aunque no caiga ni una gota, estoy seguro de que este pronóstico impactará negativamente en el ánimo de los consumidores y le pondrá un techo al pico de la temporada.