El 49% de los empleados a nivel global tiene una salud integral positiva, según una encuesta del McKinsey Health Institute a más de 30,000 empleados en 30 países. Esta categoría de la salud holística abarca dimensiones físicas, mentales, sociales y espirituales.

Entre los encuestados, la mayor proporción de puntuaciones positivas fueron para la salud física (70%), y dos tercios de los empleados informaron puntuaciones positivas en salud física y mental. Las puntuaciones más bajas se dieron en salud espiritual (58%).

Sin embargo, empleados más jóvenes (18-24 años) y de empresas más pequeñas reportan menores puntuaciones en salud integral. En esta línea, la investigación también señala que la falta de compromiso y desgaste de empleados podría costar a empresas medianas hasta U$355 millones de dólares anuales.

El informe destaca la necesidad urgente de replantear la percepción de la salud de los empleados, instando a los empleadores a implementar estrategias integrales que aborden tanto las demandas laborales como los facilitadores. Mejorar la salud integral no solo beneficia el rendimiento laboral sino que también tiene un impacto positivo en la economía y la sociedad en general.

Para respaldar este cambio, McKinsey Health insta a promover intervenciones organizacionales, de equipo, laborales e individuales, como políticas flexibles, capacitación en liderazgo y programas digitales de salud en el lugar de trabajo.

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