“Recuperemos las sonrisas y los abrazos”.

Miedo, incertidumbre, cambio, adaptación, recuperación, tecnología y digitalización fueron las palabras más usadas por los 23 expertos consultados por Mercado Fitness para referirse a los retos que enfrentan los gimnasios en 2021, tras de un año signado por la imposibilidad de prestar servicios y, luego, por la necesidad de hacerlo con muchas restricciones.

El miedo fue una de las emociones predominantes en la mayoría de las personas de todo el mundo a lo largo la pandemia. El miedo a contagiarnos, el miedo a perder a un ser querido, el miedo a no poder sostener a nuestra familia, el miedo a perder todo aquello por lo que trabajamos durante años, el miedo a no recuperar jamás nuestro estilo de vida.

La incertidumbre fue uno de los responsables de ese miedo que nos afectó a todos en mayor o menor medida. Tener cierto grado de certeza de que hoy será parecido a ayer y de que mañana tampoco será tan distinto, nos tranquiliza. Pero eso se perdió en marzo de 2020 cuando empezamos juntos a transitar un camino en el que no hay mapas ni un destino claro.

Y de golpe, un día, todo cambió. Y la mayoría de nosotros no pudimos salir de nuestras casas durante meses. Dejamos de abrazarnos y de besarnos. Nos tapamos gran parte del rostro y la sonrisa perdió sentido. Cambió la manera de estudiar, de trabajar, de comunicarnos, de celebrar, de entrenar, de vender y de comprar. Cambió el mundo.

Algunos, aferrados al pasado, se quedaron paralizados masticando bronca y buscando sin éxito a los culpables de tanto cambio junto. Y con la esperanza de “volver a la normalidad” se negaron a afrontar la tarea más difícil: su adaptación al nuevo contexto, la adecuación de lo que era a lo que es hoy, la reinvención de lo que antes funcionaba y ahora es obsoleto.

Únicamente aceptando que los cambios ya ocurrieron y adaptándonos al nuevo mundo en el hoy vivimos podremos afrontar con éxito la recuperación de algunas de las cosas que perdimos en el camino: nuestros trabajos, nuestros viajes, nuestros clientes, nuestras empresas, pero sobre todo las sonrisas, los abrazos y los besos que todos tanto extrañamos.

Y mientras eso sucede, aprendimos que la tecnología es un medio, y no un fin en sí mismo, una poderosa herramienta que, si es bien usada, puede acercarnos y hacernos la vida más fácil en muchos aspectos. Durante esta eterna pandemia, la tecnología fue para muchos un salvavidas que les permitió mantenerse a flote estudiando, trabajando y hasta entrenando.

Y fue gracias a la tecnología que nos introdujimos en el fenómeno de la digitalización de casi todos los aspectos de nuestra vida: desde un zoomple (festejo de cumpleaños por Zoom), pasando por una clase de tango hasta una reunión de trabajo, todo a través una pantalla que le dio al concepto de presencia una nueva dimensión, la digital.

En los últimos 12 meses el mundo cambió, aceptémoslo y perdamos el miedo de enfrentarnos con la incertidumbre de no saber cómo será mañana. Aprovechemos nuestros recursos, nuestros vínculos y la tecnología para adaptarnos y construir una nueva versión de nosotros mismos que nos permita recuperar lo importante: las sonrisas y los abrazos.

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