Liz Clark es una de las 500 personas más influyentes de Washington
Por tercera vez, Liz Clark, presidenta y CEO de la Health & Fitness Association (HFA), fue incluida en la lista de las “500 personas más influyentes de Washington D.C.” que elabora anualmente la revista Washingtonian. Esta distinción reconoce su firme compromiso con la promoción de políticas públicas vinculadas al ejercicio físico y el bienestar en Estados Unidos.
La selección de los integrantes de esta lista se basa en un riguroso proceso que evalúa tres criterios clave: conocimiento profundo del área temática, capacidad para generar acción efectiva en Washington y dominio de los matices de los temas considerados prioritarios por los funcionarios electos.
Desde su llegada a HFA, Clark lideró una transformación en las estrategias de incidencia política de la organización. Bajo su liderazgo, se sumaron profesionales con experiencia al equipo de advocacy, con roles específicos para la gestión federal y la coordinación estatal, y se establecieron alianzas estratégicas con Fierce Government Affairs y Public Strategies Washington, fortaleciendo la presencia del sector en el Capitolio.
Entre los resultados concretos de este trabajo se destaca la reintroducción en marzo del proyecto de ley PHIT (Personal Health Investment Today Act) con apoyo bipartidista, y la inclusión de sus principales puntos en el paquete de reconciliación del Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes tras el cuarto Advocacy Summit organizado por HFA en mayo.
Además, la asociación logró frenar la aplicación inmediata de la regla “Click to Cancel” de la FTC, influyó en audiencias de confirmación en el Congreso, y participó en la redacción de legislación sobre medicamentos GLP-1 para la obesidad, subrayando la importancia del ejercicio físico como complemento esencial.
“El liderazgo de Liz fue transformador, tanto para nuestra organización como para toda la industria”, señala Chris Smith, presidente del directorio de HFA. A nivel internacional, Clark también impulsó la colaboración con organismos como la OMS, la OCDE y la Federación Mundial de la Industria de Artículos Deportivos (WFSGI), posicionando al sector fitness como un actor clave en la lucha contra las crisis de salud pública.