La tercera franquicia de Active Studio reabrió sus puertas en el centro de Rosario, Santa Fe, y ya supera los 100 socios a dos meses de su inauguración. El proyecto está liderado por el Lic. de Educación Física, Guillermo Tomatis, junto a su pareja Ana Usinger, quienes decidieron retomar la franquicia que habían traído a la ciudad hace casi una década y que cerraron durante la pandemia.

La nueva sede, ubicada en Zeballos 1680, cuenta con 270 metros cuadrados y fue equipada mayormente por la empresa Gamelan de Rosario. La puesta en marcha de esta reapertura requirió una inversión de U$25 mil dólares. Actualmente el estudio cuenta con cuatro profesionales, ofreciendo programas de entrenamiento funcional.

“La apertura estuvo motivada por el deseo de volver a la franquicia que hace casi diez años trajimos a la ciudad y con la que tan bien nos había ido”, comenta Tomatis. Según explica, la franquicia Active evolucionó significativamente en los últimos años, incorporando nuevos formatos de entrenamiento, pero siempre con el entrenamiento funcional como eje central.

“Con respecto a la sede inicial, también mejoró la parte comercial y ahora contamos con el software de gestión Trainingym, que nos permite optimizar la administración y el seguimiento diario del estudio”, remarca Tomatis. En cuanto al acompañamiento recibido, el director de Active Studio Rosario destaca el apoyo de la marca: «Estuvieron presente desde el primer día, tanto en el armado como en la organización general, la capacitación del personal y el seguimiento permanente del funcionamiento de la instalación”.

Según Tomatis, Active se distingue por ofrecer un servicio diferencial, tanto en lo técnico como en lo comercial, con un seguimiento personalizado para cada persona que se suma al estudio. “La gente encuentra en Active un espacio donde se siente cómoda, con actividades adaptadas al público general, especialmente a quienes no se sienten atraídos por los gimnasios convencionales”, asegura.

Además de dirigir Active Studio Rosario, Tomatis está al frente de Body Club Femenino, un gimnasio de 400 m2, equipado por Biomax, con 33 años de trayectoria y 350 socias activas. “Body está muy bien después del sofocón de la pandemia. Es un espacio con historia y con una comunidad que sigue creciendo”, concluye.