En esta línea, Cobbold describe el proceso como una “montaña rusa”, destacando que los planos iniciales de una transición tranquila se transformaron rápidamente debido a la complejidad de la adquisición. Blink Fitness, anteriormente parte del portafolio de Equinox, pasó por un proceso de bancarrota bajo el Capítulo 11, lo que permitió a PureGym negociar términos más favorables, como la exclusión de operaciones en Illinois, en California y en Texas.

Tras varias rondas en el corte y enfrentando la competencia de Planet Fitness, PureGym aseguró la compra por U$121 millones de dólares. Este acuerdo incluye 67 ubicaciones en Nueva York, en Nueva Jersey y en Pensilvania, que serán integradas y rebrandeadas a partir de mediados de 2025.

Para PureGym, esta adquisición representa una plataforma sólida para expandir su modelo de negocio a través de franquicias en Estados Unidos. “No podemos abarcar todo el país, pero con una estrategia de franquicias bien ejecutada, podemos lograr un impacto significativo en el mercado”, comenta Cobbold.

Desde su llegada en 2015, Cobbold transformó PureGym de una operación local con 85 ubicaciones en una red internacional de más de 700 gimnasios en seis países y más de dos millones de miembros. A pesar de los retos, como la pandemia y los intentos fallidos de llevar la empresa a la bolsa, considera este período como el más destacado de su carrera.

Con experiencia en proyectos internacionales, Chesser, quien anteriormente dirigió Punch Pubs & Co, asume el liderazgo con entusiasmo y ve en PureGym una oportunidad única para continuar impulsando el fitness accesible. “Es una empresa increíble, y seguiré construyendo sobre el trabajo extraordinario de Humphrey”, afirma.