A partir del 1 de enero de 2023, los gimnasios de Chile deberán tributar IVA
Desde el primer día del año próximo, los servicios prestados por gimnasios, estudios de fitness y clubes deportivos de Chile comenzarán a estar gravados por el mismo impuesto al valor agregado (IVA) que ya pagan “las empresas de diversión y entretenimiento”, que es del 19%. Así lo dispone la Ley 21.420, publicada el 4 de febrero pasado.
La noticia ha generado malestar entre los operadores del sector que vaticinan una retracción en el consumo, producto del aumento de las tarifas, y un preocupante impacto negativo en los balances de sus empresas. “La noticia no es buena, sobre todo para un sector que estuvo 16 meses cerrado”, dice Alfredo de Goyeneche, CEO de Latam Fit Chile, holding que opera en ese país las marcas Smart Fit y O2 Fit.
“El Gobierno de turno tiene la responsabilidad de promover la salud de la población, pero medidas como ésta van en contra de ese objetivo. Buscan aumentar la recaudación fiscal, pero pierden de vista que si se suben las tarifas, habrá menos personas físicamente activas y eso terminará generando mayores gastos en prestaciones médicas para el Estado. Hace falta una mirada sistémica, pero hay mucha miopía”, añade de Goyeneche.
Por su parte, Yeison Cubides, gerente de operaciones de Sportlife, añade: “En un país como Chile, con tan altos niveles de sobrepeso y obesidad, el Gobierno no puede permitirse desincentivar la práctica deportiva privada de esta manera. Claramente, están pensando en aumentar el ingreso fiscal pero no en el ahorro que se produce en el gasto público combatiendo el sedentarismo”.
“Es una decisión equivocada -prosigue- y el tiempo nos dará la razón. Nuestro rubro es salud y educación juntas. Porque educamos a la gente través del movimiento para que tengan una vida saludablemente activa. Este IVA del 19% impactará directamente en el bolsillo de los usuarios que vienen a nuestros gimnasios con el propósito de sentirse bien y que son justamente los que menores gastos le generan al sistema de salud”.
Al respecto, José Gómez, fundador del centro de entrenamiento personal Motion Center, de Lo Bernechea, dice estar muy preocupado con esta noticia. “En un país en crisis, como Chile, subir la tarifa casi un 20% a los clientes va a afectar claramente el consumo de nuestros servicios. Esta medida es un sinsentido y el Gobierno parece no entender el impacto que tenemos en la salud física y mental de la población”, opina Gómez.
Pero este tema ya está generando controversias. Algunos propietarios de gimnasios manifiestan que la ley tributaria aún los ampara, ya que su actividad sigue encuadrada bajo el rubro educación. “Es un tema a discutir: si se trata de un gimnasio cuyo servicio de basa en arrendarle máquinas a sus clientes, estará sujeto a IVA. Pero para aquellos que ofrezcan evaluación física y enseñanza de gimnasia a través de profesores, no debería cambiar su tratamiento actual”, explica la abogada -Máster en Derecho de Empresa- Paulina Toledo Jorquera, quien además en fundadora de los gimnasios MindFit.
Al respecto, De Goyeneche opina: “Ese argumento podría eventualmente llegar servirle a una academia de ballet o de taekwondo – aunque no tengo seguridad que así sea en todo caso- , pero no para un gimnasio. Con esto quiero decir que hay que tener cuidado, porque si un fiscalizador interpretara que el servicio está afecto, el SII podría llegar a reclamar impuestos de forma retroactiva hasta 6 años”.
Chile no es el primer país de la región donde el sector del fitness sufre un revés tan grande. A mediados de 2019, los gimnasios de Costa Rica pasaron de no tributar IVA a pagar uno del 13% -como el que pagan las empresas de entretenimiento-, en lugar de uno reducido -del 4%- como el que corresponde a las empresas de salud. En España, en septiembre de 2012, los gimnasios pasaron de un IVA reducido del 8% a uno del 21%.
Y en Portugal, donde los gimnasios habían logrado en 2008 pasar de un IVA normal a uno reducido del 5%, perdieron ese privilegio en 2011 cuando tuvieron que volver a tributar el 23%. En octubre de 2020 el Gobierno portugués anunció que a partir de 2021 los usuarios de gimnasios podrían desgravar un 15% del IVA, con un máximo de 250 euros por persona. Sin embargo, según fuentes autorizadas, este beneficio ha resultado insuficiente y muy pocos usuarios lo aprovechan.

