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Los pacientes con cáncer que se mantienen activos tienen un mejor pronóstico, según un estudio sueco
Los pacientes con cáncer que se mantienen activos tienen un mejor pronóstico que las personas sedentarias que sufren dicha enfermedad, según un estudio realizado por el Instituto Karolinska de Suecia. La investigación fue realizada con animales y seres humanos, específicamente con ratones y 8 hombres cuyas edades eran de entre 34 y 51 años.
En el estudio con ratones, los científicos observaron que la actividad física cambia el metabolismo de los glóbulos blancos y, por lo tanto, mejora su capacidad para atacar las células cancerosas. “De esta manera, se puede explicar por qué el ejercicio ayuda a ralentizar el crecimiento del cáncer”, afirmaron los expertos.
“La biología detrás de los efectos positivos del ejercicio puede proporcionar nuevos conocimientos sobre cómo el cuerpo mantiene la salud, así como ayudarnos a diseñar y mejorar los tratamientos contra el cáncer”, señala Randall Johnson, profesor del Departamento de Biología Celular y Molecular del Instituto Karolinska.
“Una explicación plausible es que el ejercicio activa el sistema inmunológico y, por lo tanto, refuerza la capacidad del cuerpo para prevenir e inhibir el crecimiento del cáncer. Nosotros ampliamos esta hipótesis al examinar cómo las células T citotóxicas del sistema inmune, es decir, glóbulos blancos especializados en matar células cancerosas, responden al ejercicio”, dice Johnson.
Para probar este enunciado, los científicos suecos dividieron a los ratones con cáncer en dos grupos. Luego, dejaron que un grupo se ejercitara regularmente en una rueda mientras que el otro conjunto permanecía inactivo. El resultado mostró que el crecimiento del cáncer disminuyó y la mortalidad bajó en los animales que se mantuvieron activos.
“Nuestra investigación muestra que el ejercicio afecta la producción de varias moléculas y metabolitos que activan las células inmunitarias que combaten el cáncer y, por lo tanto, inhiben el crecimiento de la enfermedad”, destaca Helene Rundqvist, investigadora principal del Departamento de Medicina de Laboratorio del Instituto Karolinska Institutet.
“Esperamos que estos resultados contribuyan a una comprensión más profunda de cómo nuestro estilo de vida impacta en nuestro sistema inmunológico y ayuden al desarrollo de nuevas inmunoterapias contra el cáncer”, concluye Rundqvist. La investigación contó también con la participación de científicos de la Universidad de Padova, en Italia, y de la Universidad de Cambridge, en Inglaterra.