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La obesidad aumenta hasta cuatro veces el riesgo de muerte por COVID-19 en hombres menores de 60 años

El riesgo de muerte por COVID-19 puede aumentar hasta cuatro veces más en aquellas personas con obesidad, especialmente en hombres menores de 60 años, según un estudio llevado a cabo entre febrero y mayo en el estado de California, Estados Unidos, y publicado por el Dr. David Kass.   El informe se enfocó en los pacientes obesos, por lo tanto excluyó del estudio a otros factores como la diabetes, hipertensión, problemas cardiovasculares, y también a aquellas mujeres que estaban embarazadas. Con esto, se encontró que la gente cuyo índice de masa corporal (IMC) era mayor a 40kg/m2 tuvo tasas de riesgo mayores.   “El hecho de que los hombres se vean particularmente afectados puede reflejar su mayor adiposidad visceral en comparación con las mujeres, dado que esta grasa es notable”, señala Kass, quien además recalca: “La obesidad es un factor importante independientemente del COVID-19”.   “Curiosamente, en cada semana subsiguiente (al informe), el riesgo de mortalidad disminuyó de manera considerable. Esto puede reflejar la creciente conciencia social más la evolución de las políticas para reducir la propagación y mejorar la atención médica”, indicó Kass.   Este estudio aporta un nuevo conocimiento en la conexión entre COVID-19 y obesidad. El mes pasado, la Revista Europea de Endocrinología había dado a conocer que incluso la obesidad ligera- es decir, un IMC de 35- agrava el cuadro de la enfermedad y aumenta la probabilidad de muerte.   A su vez, el Centro para el Control de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos había indicado que entre las condiciones de base que ponen a las personas en un peligro mayor cuando contraen coronavirus, se encuentran las enfermedades cardiovasculares, la diabetes tipo 2, y el índice de masa corporal superior a 30.

La obesidad aumenta hasta cuatro veces el riesgo de muerte por COVID-19 en hombres menores de 60 años

El riesgo de muerte por COVID-19 puede aumentar hasta cuatro veces más en aquellas personas con obesidad, especialmente en hombres menores de 60 años, según un estudio llevado a cabo entre febrero y mayo en el estado de California, Estados Unidos, y publicado por el Dr. David Kass.   El informe se enfocó en los pacientes obesos, por lo tanto excluyó del estudio a otros factores como la diabetes, hipertensión, problemas cardiovasculares, y también a aquellas mujeres que estaban embarazadas. Con esto, se encontró que la gente cuyo índice de masa corporal (IMC) era mayor a 40kg/m2 tuvo tasas de riesgo mayores.   “El hecho de que los hombres se vean particularmente afectados puede reflejar su mayor adiposidad visceral en comparación con las mujeres, dado que esta grasa es notable”, señala Kass, quien además recalca: “La obesidad es un factor importante independientemente del COVID-19”.   “Curiosamente, en cada semana subsiguiente (al informe), el riesgo de mortalidad disminuyó de manera considerable. Esto puede reflejar la creciente conciencia social más la evolución de las políticas para reducir la propagación y mejorar la atención médica”, indicó Kass.   Este estudio aporta un nuevo conocimiento en la conexión entre COVID-19 y obesidad. El mes pasado, la Revista Europea de Endocrinología había dado a conocer que incluso la obesidad ligera- es decir, un IMC de 35- agrava el cuadro de la enfermedad y aumenta la probabilidad de muerte.   A su vez, el Centro para el Control de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos había indicado que entre las condiciones de base que ponen a las personas en un peligro mayor cuando contraen coronavirus, se encuentran las enfermedades cardiovasculares, la diabetes tipo 2, y el índice de masa corporal superior a 30.

Incluso la obesidad leve puede agravar un cuadro de COVID-19

Está comprobado que incluso la obesidad leve podría agravar el cuadro de COVID-19 y llevar a la muerte, según un artículo publicado en la Revista Europea de Endocrinología, para el cual los investigadores estudiaron a 482 pacientes que estaban internados por esta enfermedad en el Hospital Sant’Orsola de Bolonia, en Italia.

Poco más de una quinta parte tenía un índice de masa corporal (IMC) mayor a treinta, es decir que eran levemente obesos. Esto demostró tener relación con un mayor peligro de padecer insuficiencia respiratoria durante el COVID-19, y de entrar en terapia intensiva. Quienes tienen un índice mayor a cuarenta ya se los considera gravemente obesos.

Sin embargo, un IMC de 35 “aumenta dramáticamente el riesgo de muerte”, señalan los investigadores. En efecto, del 20% de la muestra que padecía COVID-19, el 30% murió dentro de los treinta días siguientes a la aparición de los síntomas. El equipo de científicos, además, notó que algunos pacientes eran jóvenes.

Recientemente, en junio se conoció un estudio codirigido por el cardiólogo David Kass del Hospital Johns Hopkins de Baltimore que prueba que en las poblaciones con una alta prevalencia de obesidad, el COVID-19 afecta a aquellos que son más jóvenes.

“Si sos joven y terminás hospitalizado con COVID-19, es muy probable que seas obeso. Estos pacientes son menos propensos a tener otras comorbilidades importantes como hipertensión, enfermedades cardíacas e incluso diabetes, por lo que la obesidad puede ser el factor principal que afecte su cuadro”, afirma Kass.

Por su parte, “algunas personas dicen que tener más peso dificulta la respiración, especialmente cuando estás enfermo”, comenta el director de la Unidad de Enfermedades Metabólicas de la Universidad de CambridgeStephen O’Rahilly, y opina que el riesgo proviene del hecho de que la grasa produce y regula las hormonas.

“Los obesos generan de más proteínas ‘de complemento’. Estas pueden desencadenar una coagulación sanguínea fuera de control, lo cual es un problema en enfermos con COVID-19 grave”, indica O’Rahilly. Además, cuenta que ellos tienen niveles más bajos de adiponectina, una hormona que protege los pulmones de la inflamación.

Ante estos nuevos conocimientos, algunos políticos han manifestado su preocupación, como la alcaldesa Claudia López de Bogotá, Colombia, que decretó la atención especial en pacientes con obesidad, o el primer ministro británico Boris Johnson que anunció un paquete de reformas para regular la publicidad y venta de comida chatarra.