fitness wearables podrian medir sintomas de coronavirus

Aseguran que los wearables podrían dar alertas tempranas de una posible infección por COVID-19

Los wearables de fitness que miden el desempeño durante el entrenamiento, así como el ritmo cardíaco, la distancia o la temperatura corporal, pueden alertar sobre una posible infección de COVID-19, según algunos estudios que analizan estas tecnologías, ya sean relojes o pulseras inteligentes, e incluso anillos, o ropa inteligente. Por ejemplo, un estudio liderado por la doctora Jennifer M. Radin utilizó los datos de los accesorios Fitbit para identificar a aquellos usuarios que podrían tener una enfermedad similar a la gripe en base a sus pulsaciones en reposo y sus patrones de actividad diaria.   En cuanto a temperatura corporal, si bien son muy pocos los gadgets que permiten su medición, ésta suele ser difícil de calcularse ya que varía según las condiciones ambientales, la evaporación del sudor, e incluso los niveles de estrés, pero una alerta de fiebre podría llevar a una consulta médica más temprana.   “La vigilancia fisiológica continua tiene beneficios clínicos bien establecidos en una amplia gama de casos de uso médico cuando se despliega en entornos de atención no-crítica”, menciona por su parte un estudio de la Northwestern University de Estados Unidos.   “Los sensores integrados (...) atenderán a la exigencia de contar con instrumentos objetivos, continuos y sensibles para detectar los síntomas de COVID-19 en una etapa temprana (...) y reconocer la necesidad de una intensificación de la atención y hacer un seguimiento de las curvas de recuperación”, agrega el informe.   Mientras tanto, el enfoque de las investigaciones sobre la detección de síntomas mediante la tecnología wearable se está acelerando. En efecto, se busca crear sensores que perciban los compuestos en la transpiración, lo cual proporciona mucha información sobre el estado de salud.   Por otro lado, se está pensando en la detección del ARN o material genético del coronavirus por medio de ellos. Gran parte de este tipo de estudio lo lleva a cabo el Imperial College of London, de Inglaterra, que comenzó a testear la precisión de la tecnología “lab-on-a-chip”, o “laboratorio en un chip”.   Ésta no podría llevarse puesta, pero su descubrimiento sería un puntapié para los próximos dispositivos de monitoreo corporal. De este modo, mejoraría su capacidad para indicar que una persona posee los síntomas relacionados tanto al COVID-19 como a otras enfermedades.
hombres jovenes menores de 60 con obesidad riesgo covid 19

La obesidad aumenta hasta cuatro veces el riesgo de muerte por COVID-19 en hombres menores de 60 años

El riesgo de muerte por COVID-19 puede aumentar hasta cuatro veces más en aquellas personas con obesidad, especialmente en hombres menores de 60 años, según un estudio llevado a cabo entre febrero y mayo en el estado de California, Estados Unidos, y publicado por el Dr. David Kass.   El informe se enfocó en los pacientes obesos, por lo tanto excluyó del estudio a otros factores como la diabetes, hipertensión, problemas cardiovasculares, y también a aquellas mujeres que estaban embarazadas. Con esto, se encontró que la gente cuyo índice de masa corporal (IMC) era mayor a 40kg/m2 tuvo tasas de riesgo mayores.   “El hecho de que los hombres se vean particularmente afectados puede reflejar su mayor adiposidad visceral en comparación con las mujeres, dado que esta grasa es notable”, señala Kass, quien además recalca: “La obesidad es un factor importante independientemente del COVID-19”.   “Curiosamente, en cada semana subsiguiente (al informe), el riesgo de mortalidad disminuyó de manera considerable. Esto puede reflejar la creciente conciencia social más la evolución de las políticas para reducir la propagación y mejorar la atención médica”, indicó Kass.   Este estudio aporta un nuevo conocimiento en la conexión entre COVID-19 y obesidad. El mes pasado, la Revista Europea de Endocrinología había dado a conocer que incluso la obesidad ligera- es decir, un IMC de 35- agrava el cuadro de la enfermedad y aumenta la probabilidad de muerte.   A su vez, el Centro para el Control de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos había indicado que entre las condiciones de base que ponen a las personas en un peligro mayor cuando contraen coronavirus, se encuentran las enfermedades cardiovasculares, la diabetes tipo 2, y el índice de masa corporal superior a 30.

La obesidad aumenta hasta cuatro veces el riesgo de muerte por COVID-19 en hombres menores de 60 años

El riesgo de muerte por COVID-19 puede aumentar hasta cuatro veces más en aquellas personas con obesidad, especialmente en hombres menores de 60 años, según un estudio llevado a cabo entre febrero y mayo en el estado de California, Estados Unidos, y publicado por el Dr. David Kass.   El informe se enfocó en los pacientes obesos, por lo tanto excluyó del estudio a otros factores como la diabetes, hipertensión, problemas cardiovasculares, y también a aquellas mujeres que estaban embarazadas. Con esto, se encontró que la gente cuyo índice de masa corporal (IMC) era mayor a 40kg/m2 tuvo tasas de riesgo mayores.   “El hecho de que los hombres se vean particularmente afectados puede reflejar su mayor adiposidad visceral en comparación con las mujeres, dado que esta grasa es notable”, señala Kass, quien además recalca: “La obesidad es un factor importante independientemente del COVID-19”.   “Curiosamente, en cada semana subsiguiente (al informe), el riesgo de mortalidad disminuyó de manera considerable. Esto puede reflejar la creciente conciencia social más la evolución de las políticas para reducir la propagación y mejorar la atención médica”, indicó Kass.   Este estudio aporta un nuevo conocimiento en la conexión entre COVID-19 y obesidad. El mes pasado, la Revista Europea de Endocrinología había dado a conocer que incluso la obesidad ligera- es decir, un IMC de 35- agrava el cuadro de la enfermedad y aumenta la probabilidad de muerte.   A su vez, el Centro para el Control de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos había indicado que entre las condiciones de base que ponen a las personas en un peligro mayor cuando contraen coronavirus, se encuentran las enfermedades cardiovasculares, la diabetes tipo 2, y el índice de masa corporal superior a 30.
Transpiración no propaga coronavirus

“El Covid-19 no se transmite a través del sudor”, dice Lisa Maragakis, del Hospital Johns Hopkins de Baltimore, Estados Unidos

“El virus –Covid-19- no se transmite a través de la transpiración (sudor)”, remarca Lisa Maragakis, directora senior de Prevención de Infecciones en Johns Hopkins Medicine. Esta institución es un hospital escuela y un centro de investigación biomédica, ubicado en Baltimore, Estados Unidos.   Por el contrario, “el sudor en realidad podría ayudar a prevenir la transmisión de COVID-19, entre otras cosas, ya que la transpiración tiene alguna actividad antimicrobiana inherente”, explica el Dr. Adam Friedman, profesor y presidente interino del Departamento de Dermatología de la Universidad George Washington.   “El nitrato del sudor se acidifica cuando golpea la piel y eso genera óxido nítrico, uno de los agentes antimicrobianos más potentes. De hecho, el óxido nítrico gaseoso se está utilizando actualmente y es estudiado como un tratamiento potencial para algunas de las complicaciones graves relacionadas con el COVID-19”, añade Friedman.   Los expertos dicen que, para ser considerada contagiosa, la transpiración tendría que contaminarse con gotitas respiratorias cargadas de virus, flema o moco de una persona infectada, y luego entrar en contacto directo con la boca, la nariz o las membranas mucosas de los ojos de otra persona para que ésta contraiga el virus a través del sudor.   En otro orden, la prestigiosa revista médica británica The Lancet publicó recientemente un estudio que asegura que “la posibilidad de transmisión a través de objetos es muy pequeña, y solo ocurriría cuando una persona infectada tose o estornuda sobre una superficie, y alguien más toca esa superficie dentro de la hora o dos horas posteriores”. Este trabajo de investigación fue realizado por Emanuel Goldman, profesor de Microbiología, Bioquímica y Genética Molecular de la Escuela de Medicina de Nueva Jersey. “A pesar de que la desinfección periódica de superficies y uso de guantes son precauciones razonables, especialmente en hospitales, creo que los fómites (objetivos inanimados) que no han estado en contacto con un portador infectado durante muchas horas no plantean un riesgo medible de transmisión en espacios no hospitalarios”, asegura Goldman.