Los gimnasios en Europa registraron una tasa de contagios de Covid-19 del 0,78% cada 100 mil visitas, según un estudio de EuropeActive
Los gimnasios en Europa registraron una tasa de contagios del 0,78% cada 100 mil visitas, según el estudio SafeACTiVE de EuropeActive. La investigación, realizada en colaboración con la Universidad Rey Juan Carlos y la Universidad Sheffield Hallam comenzó a finales de septiembre y analizó 62 millones de visitas a gimnasios en 14 países europeos.
El resultado de dicho estudio resultó en que, reuniendo a todos los accesos a centros de acondicionamiento físico, solo hubo 487 casos positivos de COVID-19 en los gimnasios donde tiene llegada el centro de investigación THINK Active de EuropeActive: Alemania, Francia, Suecia, Bélgica, Países Bajos, España, Portugal, Noruega, Suiza, República Checa, Polonia, Dinamarca, Luxemburgo y el Reino Unido.
“Un nivel tan bajo de riesgo de infección en los gimnasios refuerza el mensaje de que el fitness y la actividad física son una parte fundamental de la solución durante la pandemia del COVID-19 para ayudar a mejorar el funcionamiento inmunológico y reducir el riesgo de enfermedades virales”, destaca el profesor Alfonso Jiménez, director de THINK Active.
“Los datos del estudio SafeACTiVE muestran que los gimnasios en toda la Unión Europea son un lugar seguro para hacer ejercicio. La prevención de una mayor propagación del COVID-19 tiene que ser nuestra meta principal”, dice Rob Copeland, director de la Advanced Wellbeing Research Centre (AWRC) de la Universidad Sheffield Hallam.
“Debemos asegurarnos de que nuestras comunidades tengan el apoyo y la oportunidad de permanecer activas. Sabemos que estar en buena forma física puede ayudar a reducir la gravedad de la infección por COVID-19. Estar activos puede ayudarnos a sobrellevar psicológicamente los desafíos de una segunda ola de la pandemia”, afirma Copeland.
“Mantener los gimnasios abiertos y en pleno funcionamiento es fundamental para garantizar la salud y el bienestar de nuestras poblaciones. Yo iría más allá y sugeriría que los gobiernos de toda Europa deberían pensar en cómo podemos aumentar el acceso a la actividad, no reducirlo, a medida que aprendamos a vivir con el coronavirus”, concluye el experto.