La otra cara de la moneda

Solemos catalogar con la etiqueta de “premium” a aquellos gimnasios cuya cuota mensual estándar se sitúa sustancialmente por encima de la media del mercado, que son vanguardistas en materia de servicios y cuyo nombre es sinónimo de lujo y exclusividad. Un gimnasio premium se comporta de forma muy diferente a lo establecido y parametrizable en el grueso del sector del fitness. Y, como tal, exige adaptar el modelo de dirección, estrategia y operación a la realidad con la que éste convive. Existen una serie de indicadores clave, compartidos por la mayoría de los gimnasios del mercado, que en los centros premium son diferentes, cuantitativa y cualitativamente: Socios – Abonados – Clientes: Hay términos que en este tipo de empresas simplemente no encajan, suenan mal. Hablar de retención en gimnasios premium es casi una incongruencia, así como el término abonados. Resulta más adecuado y alineado con su posicionamiento hablar de clientes, entre los cuales, la pertenencia deviene un elemento determinante de la fidelización. Aquí, el concepto de “Club” toma su mayor dimensión. Captación – Venta – Referencia: Las diferencias no sólo semánticas. En uno de los aspectos en los que un gimnasio premium se diferencia del resto es en la venta de cuotas, la malsonante “captación”. Aquí, los ratios de conversión (de visitantes a clientes) son mucho más elevados que los de sus supuestos competidores. Porque responden al verdadero interés e ilusión que tiene la persona que quiere formar parte de un centro elitista, cuyo precio ya conoce y está dispuesta a pagar por y para pertenecer a un colectivo más exclusivo, bajo una marca de prestigio, donde el acento está puesto en lo relacional. Por eso, los nuevos clientes vienen mayoritariamente referenciados por los actuales, o bien, regresan al gimnasio tras un periodo de descanso. Masificación – Exclusividad – Lujo: El concepto premium connota “exclusividad” y “lujo”. Pero el lujo no solo se refiere al disfrute de espacios bonitos y amplios, con materiales de calidad. Lujo también significa poder tomar una clase dirigida con un número reducido de participantes. Lujo es tener a disposición una oferta de actividades muy superior a la que podría ofrecer un gimnasio del segmento medio. Por eso, en gimnasios premium los ratios de ocupación son más bajos y la asistencia media es más homogénea. Retención – Fidelización – Pertenencia: Los gimnasios premium arrojan cifras parecidas al resto de operadores en cuanto a la deserción de clientes en los primeros tres meses (la rotación es alta). Además de diversidad en la oferta, el nuevo cliente de un centro premium espera cumplir con sus elevadas expectativas, que fueron fijadas con relación al precio que pagó, y a su vez busca integrarse socialmente con el resto de los clientes del gimnasio. SVA – Ingresos Atípicos – Pertenencia: Hablando de Servicios de Valor Añadido – SVA- como el entrenamiento personal, el gabinete de estética, la fisioterapia, el restaurante o la peluquería, el cliente de estos centros tiende al “uso y disfrute” de esos servicios, cerrando así el conocido círculo de la fidelización: a mayor gasto “en atípicos”, mayor pertenencia. Espacios – Posicionamiento – Mercado: Lujo también es espacio y por ende tamaño y ello obliga a soportar proporcionalmente grandes costos estructurales: espacio, calidad y cantidad. Para ello, se necesita un volumen de clientes significativo, con una elevada renta per cápita. De modo que el porcentaje de población que nos puede brindar ese segmento de mercado se limita principalmente a las grandes ciudades.

Las 4 palancas del crecimiento

Generar mayor flujo de averiguadores, mejorar la tasa de conversión de ventas, fijar medidas económicas de retención e incrementar el ratio de fidelización de clientes. El objetivo número uno de toda empresa es maximizar su beneficio neto. Esta cifra es la resultante de restar los gastos de los ingresos. En determinados sectores, como el industrial o el comercio minorista, el control del gasto variable cuenta con gran protagonismo de cara a ese beneficio. Sin embargo, el sector de gimnasios se caracteriza por contar con unos costos fijos proporcionalmente muy elevados. Dada esta característica, una vez que la facturación supera el elevado Punto de Equilibrio (en inglés Breakeven Point), la mayoría de los ingresos se convierten en beneficio neto. Por tanto, la clave es subir la facturación. A su vez, la facturación (volumen total de ingresos) se nutre fundamentalmente de los ingresos por cuotas y estos son la resultante de multiplicar el ticket medio (ingreso por cuota/cliente promedio) por el número de clientes. Obviamente, a mayor ticket medio, menos clientes necesitamos para alcanzar el Punto de Equilibrio. En base a lo expuesto, la mayoría de operadores buscará maximizar su número de clientes hasta aproximarlo al límite de la capacidad (el ratio cliente/m2 será una variable dependiente del grado de calidad que se pretenda ofrecer). El logro de este objetivo dependerá de: a) la capacidad de captación de clientes y b) la de retención de estos. A) La capacidad de captación está apoyada en dos pilares que van a ser las dos primeras palancas de crecimiento: 1) La generación de clientes potenciales mediante el marketing. Los gimnasios con excelente ubicación y características edilicias pueden alcanzar hasta un 70% de la captación de potenciales por la vía walk-ins, que son interesados que entran espontáneamente a averiguar-. Igualmente, contar con una marca muy reconocida o con gran presupuesto para publicidad on y offline, impulsarán este tipo de visitas. Mi recomendación para aquellos gimnasios que no cuentan con estas ventajas es que inviertan en acciones de tipo member get member- o sea la obtención de referidos a partir de los propios clientes-, convenios corporativos y Digital Marketing, que es la opción con menor costo y más rápido crecimiento. 2) El cierre de ventas con los averiguadores que nos visitan. Obviamente, a mayor número de visitantes/averiguadores logrados con el marketing, mayores chances de nuevas altas. Pero si nuestro ratio de conversión de visitantes en altas es inferior al 70%, estamos desaprovechando mucho del trabajo de marketing y de nuestro potencial de crecimiento. Por eso, resulta fundamental medir esta variable y conocer qué porcentaje de las personas que se interesan por nuestro gimnasio se convierten en clientes. Si este porcentaje fuese superior al 70%, podemos intentar mejorarlo hasta el 80% (en este aspecto influye sobre manera lograr muchos cierres en el día de la visita). Pero sobre todo debemos apostar por aumentar el número de interesados con acciones proactivas de marketing. Si, por el contrario, la conversión es inferior al 70%, el mayor potencial de crecimiento está en mejorar nuestro procedimiento comercial de cierre de ventas (neuroventas, presentación de precios y aceleradores de cierre). B) La capacidad de retención se sustenta en las otras dos palancas del crecimiento: 3) Las medidas económicas de retención. En nuestro sector aún no se ha logrado desarrollar un sistema de conversión en adeptos al ejercicio físico de personas con motivación extrínseca -el 70% de la población, que no cuenta con el hábito del entrenamiento- que mantenga en el gimnasio por más de tres meses a más de un 50% de nuevos inscritos con estas características. Ese ratio de retención solo se logra –al menos por ahora- con medidas de tipo económico como: el cobro de matrículas/cuotas de inscripción (a mayor barrera de entrada mayor barrera de salida), los descuentos por continuidad, las cuotas o programas de larga duración, la domiciliación bancaria/cargos recurrentes automatizados en tarjeta de crédito o contratos que penalizan la deserción temprana. Estas medidas, bien aplicadas, funcionan y tienen una gran repercusión en la cuenta de resultados. Pensar que, en gimnasios con alto volumen de usuarios (por encima de 1.000 activos/mes) sin entrenamientos personales o algún tipo de seguimiento personalizado para todos, se puedan lograr altas cifras de fidelización, es una ingenuidad. 4) La fidelización de clientes. Lograr este objetivo está vinculado con cumplir ciertos estándares de calidad en el gimnasio que satisfagan las expectativas de los usuarios. No obstante, la realidad es que la mayoría de bajas no se produce por insatisfacción con las instalaciones/servicios, sino por el literal “no tengo tiempo”, cuyo verdadero significado es “no estoy lo suficientemente motivado como para que esto sea una de mis prioridades”. Tal como ya hemos indicado, las personas de motivación extrínseca, si no se enganchan con el ejercicio físico antes de los tres meses, abandonarán el gimnasio con alguna excusa brindada por un subconsciente al que no le apetece estar sudando más de la cuenta… Lo que puede mitigar este problema son los programas orientados a la adquisición y disfrute del hábito del entrenamiento. Si tu gimnasio cuenta con un ratio promedio de retención de un mes respecto al siguiente inferior al 90% (tienes más de 100 bajas promedio/mes con un promedio de 1.000 clientes activos), deberías revisar tus medidas económicas de retención y plantearte un programa de fidelización como los mencionados, salvo que tus precios sean demasiado bajos para asumir este gasto y tengas que optar por subir tu flujo de potenciales clientes mediante acciones de marketing para compensar tu baja retención. Si ya cuentas con un ratio de retención superior al 95%, debes asumir que va a ser muy difícil de mejorar y probablemente antieconómico, porque existe un % de bajas por causas inevitables como problemas de salud o traslados geográficos. Por lo tanto, en este caso deberías tratar de crecer con más altas mejorando tu conversión de visitantes en socios (si este ratio fuese inferior al 70%) o inyectando flujo de visitantes con las ya mencionadas acciones de marketing.

La búsqueda de la compra inteligente

¿Por qué antes cuando comprábamos barato no se lo decíamos a nadie y hoy lo publicamos en redes sociales para que todos lo sepan? ¿Nos hemos vuelto vulgares, pobres y tacaños o nos hemos vuelto más inteligentes a la hora de comprar? Hace tan solo unos años, los consumidores daban mucha importancia a la confianza y seguridad que les ofrecían los productos de “toda la vida” y de marcas conocidas. Pero hoy, esos mismos consumidores están dejando de comprar esas marcas y eligen productos similares de marca blanca. Este fenómeno sucede en un sinfín de sectores de la economía: alimentación, textil, deportes, etc. ¿Qué ha cambiado en estos pocos años? Por un lado, han cambiado los productos y lo han hecho reduciendo sus diferencias en características y en calidad. Hoy prácticamente ya no existen productos malos. Todos tienen una calidad aceptable y características muy similares. Las empresas que hacían productos malos han ido desapareciendo. Esto ha hecho aumentar la confianza de los consumidores hacia productos de marca blanca, que son más baratos, y ha provocado que las distancias en precios deban reducirse, a no ser que el consumidor perciba una gran diferencia entre unos y otros, como sucede con marcas como Nespresso, Actimel, Appel o Harley-Davidson. Otro aspecto importante que ha cambiado es que hoy el consumidor tiene muchas más opciones de productos y servicios entre los que puede elegir y, además, le resulta muy fácil poder compararlos entre sí. Internet es una gran herramienta para que el cliente compare entre diferentes ofertas sin tener que salir de su casa. Además, esa comparación se fundamenta no solo en lo que las empresas le dicen, sino también en la opinión de muchos consumidores sobre sus experiencias con esas marcas. El poder ha pasado en gran medida de las empresas a los consumidores, y ahora todo lo que las empresas hacen se comunica a través del gran amplificador que supone Internet. Es cierto que los productos y los mercados han evolucionado, pero el cambio más importante se ha producido en la mente de los consumidores. Antes comprar barato se asociaba con ser vulgar o pobre, hoy se asocia con ser inteligente. La empresa Media Markt lleva años bombardeándonos con una publicidad que utiliza el concepto de “Yo no soy tonto”. Esta empresa ha entendido perfectamente cómo funciona el consumidor de hoy, y le habla en su mismo idioma. El consumidor actual está obsesionado por la compra inteligente. Esto no significa que quiere siempre lo más barato. Significa que no está dispuesto a pagar ni 1 euro más por algo que no le aporta más valor. Si considera que dos productos o servicios son muy similares, escoge siempre el más barato, porque si no lo hace, siente que es un tonto. La búsqueda de la compra inteligente no es algo exclusivo de las personas con menos recursos económicos, es una cultura de consumo que se ha extendido a todas las capas sociales y económicas. Un claro ejemplo lo tenemos en una persona de alto poder adquisitivo que decide pasar el fin de semana a Londres. Viaja en una aerolínea de bajo costo tipo Ryanair, se hospeda en un hotel “quality low-cost” y va a cenar a uno de los mejores y más caros restaurantes de la ciudad. No se ha vuelto vulgar, tiene la posibilidad de elegir en qué se gasta su dinero y lo hace de forma inteligente. Paga por aquello en lo que es capaz de apreciar la diferencia, porque le aporta un valor que justifica el sobreprecio que paga. Las consecuencias Esta obsesión del consumidor por la compra inteligente tiene varios efectos sobre la forma de vender y de gerenciar los gimnasios y clubes deportivos. En primer lugar, obliga a aquellos gimnasios que no sean los más baratos de su zona, a demostrar su valor diferencial desde el primer momento. Es decir, tienen que mostrar al potencial cliente por qué va a pagar más y por qué a pesar de eso, está haciendo una compra inteligente. Por lo tanto, su proceso de atención y de venta no puede ser igual que los gimnasios más baratos. Tiene que ser diferente en la información que da al potencial cliente, pero también en la forma en que lo atiende y en cómo gestiona ese proceso de venta. Por otro lado, debe demostrar al cliente que está haciendo una compra en las mejores condiciones posibles o, por lo menos, en muy buenas condiciones. Si al cliente se le vende a un precio sin oferta y éste sabe que periódicamente ese gimnasio saca ofertas, no se dará de alta. Esperará a hacer la compra cuando haya una oferta, ya que si no lo hace, sentirá que es el tonto de Media Markt, y eso no le gusta a ningún consumidor. El cliente va a negociar y va a apretar, porque quiere asegurarse de que está haciendo una compra inteligente. Ese es el principal motivo por el cual muchos gimnasios han subido la matrícula y la utilizan para ofrecer un descuento y darle al cliente la tranquilidad de que está haciendo una buena compra. Es más inteligente comprar por 25€ algo que vale 100€ que comprar por 0€ algo que vale 0€. En el primer caso te estás ahorrando 75€, mientras que en el segundo no te estás ahorrando nada. Pero la búsqueda de la compra inteligente no acaba en el momento de la venta, sino que se alarga durante toda la vida del socio en el gimnasio. El socio va a seguir cuestionándose cada mes si está haciendo una copra inteligente. Por ese motivo la gestión del gimnasio debe ir encaminada a hacer que el cliente sienta que está donde debe estar. Para conseguirlo, es importante crear estrategias en varias direcciones. Una de ellas es aumentar el número de contactos entre el personal del gimnasio y los clientes. Que el cliente sienta que el personal se interesa por él y le vea proactivo e implicado con su trabajo. Una de las cosas que más insatisfacción genera en los clientes es la falta de atención por parte del personal. También es importante reducir el número de clientes que entrenan solos, ya que a esos clientes no les estamos aportando un valor fuera del que aporta la instalación y el equipamiento. Es necesario generar nuevas y diversas actividades en grupos, o bien en grupos reducidos, y mover al cliente hacia esos tipos de actividades como una alternativa al entrenamiento por su cuenta. Otra estrategia es aumentar el número de servicios del gimnasio que utiliza el cliente. En un club multiservicio, los clientes que no usan gran parte de esos servicios, pueden tener la sensación de que están malgastando su dinero, ya que pagan por muchas cosas que no aprovechan. Mover al cliente de un servicio a otro y conducirlo a probar nuevas actividades es fundamental para mantener la sensación de compra inteligente. En ese mismo sentido, es necesario aumentar la frecuencia de uso del gimnasio, especialmente en aquellos clientes que lo usan poco. Hace años era habitual tener un alto porcentaje de socios que pagaban y prácticamente no venían el centro. Hoy quedan pocos de esos clientes, ya que eso supone una de las compras menos inteligentes que hay. Todas estas estrategias se generan a través de lo que llamamos los “contactos de valor”, una forma de relacionarse con el cliente basada en una metodología muy concreta que llevamos años implantando con éxito en gimnasios de toda España y que tiene un efecto muy positivo sobre los indicadores de fidelización de clientes.

Próxima capacitación de la Cámara de Gimnasios de Córdoba

El sábado 3 de junio se dictará en la ciudad de Córdoba el Taller de Atención y Servicio “Clientes felices, gimnasios rentables”, a cargo de Julián Rud, socio consultor de Fitcode. La (más…)

Lanzan manual para la fidelización de clientes en gimnasios

La consultora especializada en gestión de gimnasios y clubes deportivos Wellness & Sport Consulting, fundada por el especialista Pablo López de Viñaspre, lanzó un manual práctico (más…)

Pasos para crear un plan de fidelización

Pasos para crear un plan de fidelización En mercados muy competitivos la fidelización es clave para mantener el nivel de ingresos, ya que la captación de nuevos clientes es cada vez más costosa y complicada. La fidelización de clientes es uno de los temas que más preocupan a los gestores deportivos. Esta preocupación es muy lógica, porque nuestro sector tiene tasas de rotación de socios cercanas al 70%. Difícilmente encontremos otro sector de servicios con ratios de rotación de este nivel, a no ser que sean modelos de negocio que no se apoyan en el concepto de “socios”, como por ejemplo los de restaurantes u hoteles. ¿Cuál es el nivel mínimo de rotación al que debemos aspirar? Sabemos que los clubes que mejor trabajan este aspecto tienen ratios anuales del 40% y otros pocos consiguen resultados excepcionales del 20%. Por lo tanto, podríamos establecer este nivel de rotación del 20 - 25% como el objetivo a alcanzar por quienes buscan la excelencia. Sin embargo, visto fríamente, perder un 25% de los clientes en un año sigue pareciendo mucho. Pero este fenómeno no es exclusivo del fitness: más del 75% de las personas que inician una dieta, la abandonan antes de finalizarla. Del mismo modo, más del 60% de las personas que asisten a programas para dejar de fumar, vuelven a fumar de nuevo. Hay como mínimo tres factores que condicionan en gran mediad las altas tasas de rotación que experimenta nuestro sector:  
  • Los abandonos en época vacacional: este fenómeno no afecta de igual manera a todos los clubes, ya que depende mucho del tipo de club, del modelo de gestión y de la ubicación. Muchos clubes pierden más del 50% de su cartera de clientes durante los meses de verano. Estos clientes se van recuperando poco a poco al iniciarse el otoño, pero es posible que no se alcance la cifra inicial hasta 4 meses después. De modo que se pierde una gran cantidad de dinero y se asume el riesgo de que algunos de esos clientes no vuelvan.Las cuotas de “mantenimiento” intentan paliar este problema y pretenden que el cliente se mantenga vinculado con el club durante esos meses estivales, pero la realidad es que no solo no lo consiguen, sino que además son una “alfombra roja” para que el cliente deje de hacer ejercicio sin tener que tomar la difícil decisión de darse definitivamente de baja y aceptar que ha fracasado en sus propósitos de cuidarse. Estas cuotas suelen dar malos resultados, ya que en la mayoría de los casos están mal planteadas y se hace un uso erróneo de ellas.Bajar las barreras de salida también hace que aumenten las cancelaciones. Por ejemplo, quitar la matrícula o cuota de inscripción permite a los socios darse de alta y de baja sin ningún tipo de barrera, ya que saben que cuando vuelvan no deberán abonar cuota de inscripción y seguirán disfrutando de las mismas condiciones que tenían antes. En este sentido, la cuota de inscripción o los premios a la fidelización tienen un efecto positivo sobre la retención, ya que si el cliente abandona, sabe que cuando vuelva no tendrá los mismos privilegios.Por último, es necesario crear nuevos programas para mantener al cliente conectado con el club durante los meses de verano, ya que muchos de ellos no van a poder acudir a las instalaciones con la frecuencia habitual. Hay que crear opciones de servicio que hagan sentir al socio que sigue utilizando las instalaciones y por lo tanto, rentabilizando la cuota que paga.
 
  • El carácter estacional del ejercicio: para la mayoría de las personas hacer ejercicio un mínimo de 3 días por semana no es un tema vital que consideren imprescindible para su salud. Muchas personas hacen ejercicio por diversión, socialización o para mantenerse en forma, y lo hacen cuando les apetece o cuando tienen tiempo libre.Los profesionales del ejercicio creemos que todo el mundo se obliga a ir al gimnasio porque la salud es lo más importante, pero en la mayoría de los casos no es así. De hecho, mucha gente que hace deporte, incluso fuera de los clubes de fitness, lo hace de manera estacional. Hay épocas en las que hacen mucho ejercicio, en otras hacen menos y en otras no hacen nada.Ésta es su manera de vincularse con el ejercicio y debemos tenerlo en cuenta tanto en la oferta de servicios como en los modelos de cuotas. También debemos pensar en cómo podemos ayudar a que esas personas evolucionen en su forma de entender el ejercicio para conseguir que realmente sea un hábito. Sin duda, la formación del cliente es fundamental para conseguir resultados a medio plazo.
 
  • La espiral de la fidelización: hay un principio que describe perfectamente el comportamiento de cualquiera de nosotros cuando practicamos un deporte o un hobby como la cocina, la pintura, la lectura, etc. Este principio dice que cuando estamos dentro de una espiral motivacional nos movemos hacia arriba o hacia abajo, pero que nunca podemos estar parados en un mismo nivel.Moverse hacia arriba del espiral significa que cada vez estamos más motivados y enganchados a esa actividad, mientras que moverse hacia abajo significa que vamos perdiendo el interés hasta que la abandonamos. El cliente de un club está inmerso en esa espiral y nuestra función es generar situaciones que sean una oportunidad para hacerle subir y mantenerlo motivado.
  Cómo crear un plan de fidelización Como ocurre con la mayoría de los problemas, para éste tampoco hay una única y mágica solución. Cuando analizamos a los clubes deportivos que tienen resultados extraordinarios en retención de socios, vemos que su éxito depende de la sumatoria de muchas pequeñas -y no tan pequeñas- acciones orientadas en una misma dirección. El primer paso para diseñar un Plan de Fidelización es decidir qué criterio se va a seguir para segmentar a los socios, ya que no todos son iguales. En este artículo vamos a utilizar un criterio basado en la antigüedad del socio, es decir, cuánto tiempo lleva como cliente del club. Según este criterio, vamos a segmentar los clientes en:  
  • Clientes que llevan 1 mes como socios: son clientes nuevos, que tienen muchas dudas e inseguridades y que cada día se cuestionan si la decisión que tomaron al inscribirse fue la acertada. El objetivo con estos clientes es que durante su primer mes utilicen mucho el club para que sientan que le sacan provecho. También es importante que prueben diferentes actividades y servicios, para que encuentren algunos que les gustan y que les dan resultados. Por último, hay que lograr que se integren, que conozcan a otros socios y se vinculen con la marca.
 
  • Clientes que llevan entre 1 mes y 1 año como socios: estos clientes ya deberían conocer bastante bien el club y sus servicios, y aunque están a gusto y convencidos de que la decisión de inscribirse fue la correcta, siguen sin tener el ejercicio como un hábito. Muchos días les cuesta venir a entrenar y son personas que se desmotivan fácilmente. El objetivo con estos clientes es mantenerlos enganchados y conseguir que tengan un compromiso fuerte para venir al club. Debemos intentar que estos socios suban en el espiral de la motivación.
 
  • Clientes que llevan más de 1 año como socios: la mayoría de estos clientes ya han hecho del ejercicio un hábito, pero a pesar de eso, todavía pueden desmotivarse, buscar otra forma de ejercicio fuera del club, o simplemente, cambiar de club. En esta fase se mantendrán la mayoría de las acciones de la fase anterior para conseguir que sigan subiendo en el espiral de la motivación. Un aspecto importante con estos clientes es reconocerles su antigüedad y darles un estatus especial dentro del club.
A continuación podemos ver un gráfico con las 3 fases del Plan de Fidelización y algunas de las acciones concretas que comentamos más adelante: A continuación, vamos a comentar brevemente las acciones que planteamos en cada una de las tres fases del Plan de Fidelización:  
  • 1er mes:
    • PPO Tutor: es un programa de 3-4 semanas que incluye sesiones de entrenamiento personal, alguna sesión con el fisioterapeuta, estética, actividades dirigidas, etc. El objetivo es que el cliente se comprometa a venir al club, adquiera autonomía para entrenar por su cuenta y conozca todos los servicios del club. Recomendamos cobrarlo a parte de la cuota.
    • Entrevista bienvenida: una vez la persona se ha inscrito en el club, se le da una cita para una entrevista con un asesor. En esta entrevista, se averiguan las necesidades reales del cliente, se le orienta hacia unos servicios o actividades concretas, se le ofrece el apoyo necesario y se le explican los servicios de valor añadido que pueda necesitar.
    • Carta bienvenida: aproximadamente una semana después de darse de alta en el club, recibe una carta firmada por el director quien le da la bienvenida y felicita por la decisión que ha tomado destacando que será positiva para su salud. A esta carta se le puede adjuntar una invitación para que venga a entrenar acompañado por algún amigo/a durante las primeras semanas.
    • SMS: es importante mantener al cliente conectado con el club para que no pierda la ilusión de los primeros días. Para ello, el sms es un buen canal de comunicación, ya que es directo, fácil de usar y barato. Se pueden enviar sms de bienvenida, informando de novedades, invitándolo a algún evento o actividad, con consejos de salud y ejercicio, etc.
    • Tarjeta regalo: se trata de una tarjeta que el cliente sella cada vez que viene al club y realiza una actividad. Debe pasar por actividades distintas. Al completarla, recibe un regalo tipo camiseta, botellín de agua, bono de servicios, etc.
 
  • 1r año:
    • Plan de comunicación: para todo este periodo de 1 año, debería haber un calendario de comunicaciones con el socio, para no saturarlo pero para mantenerlo informado y conectado con el club. Estas comunicaciones tienen una función de formación del cliente que es de vital importancia.
    • Plan de formación: cuanto más sepa el cliente sobre ejercicios, más fuerte será su vínculo con éstos. Diseñar un plan tipo “12 meses 12 temas” puede ayudarnos a organizar las áreas que creemos son de interés para el cliente, como por ejemplo nutrición, hidratación, espalda sana, pérdida de peso, definición muscular, etc. Alrededor de cada uno de estos temas se pueden organizar talleres, actividades especiales, artículos, etc.
    • PPO/PT: los servicios personalizados tipo Programas por Objetivos o el Entrenamiento Personal tienen un efecto muy positivo sobre la fidelización de los socios, ya que crean un vínculo y compromiso fuerte con el club y además, al ser personalizados, consiguen mayores resultados en el cliente.
    • Eventos especiales: son excusas perfectas para que el socio venga al club y se relacione con más gente, lo que refuerza los vínculos emocionales y de pertenencia. Estos eventos, dentro o fuera del club, ayudan a crear un clima especial en el club. El personal debe estar comprometido y participar.
    • Contactos preventivos: si se definen algunas señales de alarma y se está atento, es posible actuar de manera preventiva antes de que el socio manifieste que quiere darse de baja. Algunas de estas señales de alarma pueden ser el cliente cada vez viene menos, que no se relaciona con nadie, que siempre hace lo mismo, que no consigue mejoras, etc.
 
  • Toda la vida:
    • Tarjeta VIP: cuando el socio cumple 1 año en el club, se le entrega una tarjeta especial que le da un reconocimiento y estatus diferente a los otros socios. Esa tarjeta le da ciertos privilegios, como pueden ser la compra de servicios de valor añadido con un descuento especial, acceso a eventos solo para este tipo de clientes, acceso a ofertas especiales, invitaciones extra para familiares y amigos, invitaciones para estrenos de cine o similares, descuentos en comercios de la zona, etc. Obviamente, si el cliente se da de baja pierde ese estatus y esos derechos. Y si luego vuelve a ser socio, deberá esperar otro año para poder disfrutar otra vez de esa categoría especial.
    • Seguir con todos los anteriores: todas las acciones diseñadas para la fase anterior, deben mantenerse también con estos socios.
  La fidelización del cliente depende de muchos factores, por lo que se debe trabajar desde diferentes ángulos. La suma de múltiples acciones tiene un efecto multiplicador que siempre da resultados. Es muy importante mejorar los ratios de fidelización del sector y evitar que quienes se acercan al fitness, se marchen desilusionados o frustrados.