Smart Fit abrirá su primera sede en Costa Rica
La cadena brasileña de gimnasios low-cost Smart Fit llegará a Costa Rica a finales de octubre con la apertura de su primera sede. La misma estará ubicada en el Centro Comercial Expreso, en la ciudad de Tibás. La empresa apunta a expandirse en el país centroamericano invirtiendo alrededor de U$30 millones de dólares en los próximos años.
“La apertura de nuevas unidades en Costa Rica dependerá de la demanda del mercado. Smart Fit siempre apunta a tener una posición consolidada en el mercado y brindar a sus clientes una amplia cobertura en puntos neurálgicos para su comodidad”, afirma Nicolás Masutti, gerente Comercial de la cadena.
El anuncio de esta apertura se dio una semana después de que las autoridades sanitarias permitieran la reapertura de los centros de acondicionamiento físico. Smart Fit llegará a Costa Rica ofreciendo pases mensuales que irán de U$ 20 a U$ 30 dólares. “La operación allí será de nuestra propia inversión, sin franquicias de por medio”, explica Masutti.
Acerca del protocolo de bioseguridad que utilizarán, el gerente señala: “Cada área de nuestro gimnasio estará cerrada de 2 a 3 veces al día durante al menos 30 minutos para la desinfección de las superficies. Además, una vez por semana se hará una limpieza profunda de todas las zonas con un dispositivo nebulizador”.
Por otra parte, Smart Fit adaptó su sede con el fin de incluir todas las medidas de seguridad exigidas por el gobierno costarricense: señalización para evitar aglomeraciones, uso obligatorio de barbijo, dispensadores de alcohol en gel, desinfección de calzados, termómetros digitales, entre otros.
La cadena ya contrató a 30 personas que conformarán el equipo de trabajo para su primer local, y proyecta que, en el futuro cercano, podría requerir igual número de colaboradores por cada nuevo local. “En total crearemos entre 250 y 300 puestos nuevos de trabajo en nuestros planes de expansión por Costa Rica”, concluye Masutti.
Algunos gimnasios en Costa Rica vuelven a fase dos
En Costa Rica, los gimnasios que se encuentren en zonas cuya alerta epidemiológica sea naranja, deberán volver a fase dos y restringir su horario de funcionamiento de 5.00 a 19.00. Esta decisión fue tomada por el gobierno nacional tras una suba en el número de casos con COVID-19.
A su vez, los gimnasios en estas zonas no podrán operar los fines de semana, y deberán procurar el uso obligatorio de tapabocas en todo momento. Actualmente, la región metropolitana y los principales municipios se encuentran bajo esta alerta. Por otro lado, las zonas amarillas pueden funcionar de 5.00 a 22.00, con la mitad del aforo.
“Tenemos que esperar al lunes 13 de julio para ver qué nos indica el gobierno: si se sigue así, se vuelve un poco más hacia atrás, o si avanzamos nuevamente. El resto del país- que no está en ninguna de las dos alertas- avanzó a fase tres”, señala Hernán Araneda, director de Kyrios Fitness Club.
“Esto fue un golpe anímico fuerte porque afectó a todos, en el caso de los gimnasios que veníamos abriendo hasta las 21.00 (...).Pero también generó mucho miedo en la población. La gente que vino al gimnasio obviamente también se asusta”, agrega Araneda.
“Estamos sobreviviendo con todo súper controlado”, dice Alejandro Bolaños, gerente general de la cadena Multispa y miembro de Centros de Acondicionamiento Físico Costarricense (CAFCO). Según una encuesta realizada por esta organización, desde la reapertura en mayo, “la recuperación de clientes roda el 35%”.
“En general, nos hemos visto afectados en la rentabilidad del negocio a tal punto que, en un porcentaje aproximado al día de hoy, un 10% ha cerrado. La fidelización del cliente ha disminuido, y el costo operativo ha aumentado- explica Araneda-. Tampoco Costa Rica presentó un modelo económico que sostuviera el comercio”.
“No existió una política nacional que ayude. En estos momentos, que la segunda oleada nos afecta y retrocedemos en la apertura económica, debemos estudiar cuánto se logra sostener de forma individual cada negocio, estudiando gastos de alquiler, patentes, impuestos, plantillas y mantenimiento”, comenta Araneda.
“Debemos hacer un esfuerzo en crear conciencia en la población para mantener las medidas de seguridad, y que disminuyan los contagios diarios. No sabemos cuánto demorará en acabar esta segunda oleada (...), pero estamos en un nuevo momento de ajuste, en el intento por sostener los negocios”, finaliza el director de Kyrios.
En Costa Rica, los centros deportivos están categorizados en el sector de la salud
Hace más de un año, los centros de acondicionamiento físico de Costa Rica lograron ser considerados dentro del sector de la salud. Esto fue posible gracias a que la organización Centros de Acondicionamiento Físico Costarricense (CAFCO) le pudo demostrar al Ministerio de Salud su importancia de ser encuadrados en esa categoría.
“Con evidencia científica pudimos dar pruebas de los beneficios del ejercicio físico, el mejoramiento del sistema cardiovascular, inmunológico, neuronal, etcétera. Además, nuestra tarea contribuye directamente con la previsión de enfermedades no transmisibles”, explica Alejandro Bolaños, miembro de CAFCO.
A pesar de que los establecimientos deportivos costarricenses estén categorizados dentro del sector sanitario, “es muy incierto decir si esto nos da una mejor posición de cara a la reapertura”, dice Bolaños, al tiempo que añade: “Nosotros ya presentamos a los ministerios de Deporte y Salud nuestros protocolos de reapertura gradual”, agrega.
“Esperamos que con esto recuerden que nuestra industria es parte del sector de la salud y que vamos a ayudar a mejorar el bienestar de la población fortaleciendo con nuestros servicios el sistema inmunológico de las personas”, comenta Bolaños, quien además se desempeña como gerente general de la cadena Multispa.
Los protocolos de acción sugeridos por parte de CAFCO consisten en la implementación de materiales para la higiene personal y del establecimiento, la capacitación de empleados, la reorganización del flujo de los socios y horarios de entrenamiento, y el mantenimiento de la ventilación del local.
Los centros deportivos en Costa Rica están cerrados desde el 18 de marzo pasado. “Tenemos cero ingresos- cuenta Bolaños-. Me atrevo a decir que un 5% de los clientes está ayudando con el pago de la cuota. La mayor parte pidió congelar sus membresías o darse de baja”.
Para afrontar la situación, el Gobierno costarricense permitió “realizar la suspensión del contrato temporal de los trabajadores, arreglar el pago de servicios públicos, flexibilizar los pagos con seguros sociales, y pagar los impuestos diferidos a fin de año”, señala Bolaños, a la vez que el Estado les brinda a las familias un bono de ayuda.