Cómo superar conflictos con el staff
Si detectó un problema que afecta el funcionamiento de un área de su gimnasio y deteriora la calidad del servicio, es hora de identificar qué lo genera y buscar una solución.
Para abordar un conflicto, en primera instancia, es necesario saber dónde uno está parado como líder y responsable del equipo de trabajo. Esto significa qué postura tiene el líder frente a esos conflictos y qué actitud predomina al abordarlos. Dichos aspectos pueden o no convertirse en los primeros obstáculos invisibles a la hora de superar una dificultad.
En éste sentido, caben tres preguntas que conviene responder:
- ¿Qué pienso o siento sobre los conflictos que surgen con el staff?
- ¿Qué pienso o siento cuando tengo que resolver el conflicto?
- ¿Los tolero o los evito?
- Una mala relación vincular entre los miembros del staff. No importa lo que el otro haga o diga, siempre van a haber roses. Al preguntar el porqué de la discordia o los entredichos, las respuestas suelen ser: “Juan no me cae bien”, “no me gustan sus actitudes o maneras de decir las cosas”, “no es de fiar”.
- Una lucha de poder. El principal objetivo es imponerse al otro. Por ejemplo: las dos partes dicen tener razón y que sus consideraciones deben prevalecer sobre la otra. Ambas partes expresan exactamente lo mismo, pero por esta lucha no son capaces de verlo y ponerse de acuerdo,
- Insatisfacción personal por baja retribución o por exceso de tareas para su puesto; o la persona considera que debería estar haciendo lo que otro de sus compañeros hace. Surge la discordia, la tensión o la apatía.
- Vincular. Relación y entendimiento entre las personas involucradas;
- Desempeño (rol y/o tareas);
- Ambos.
- Evite la confrontación si está enojado o muy ansioso. Carecerá de la claridad y la apertura necesarias para escuchar, reflexionar e identificar posibles soluciones.
- Desde el comienzo tenga en claro el objetivo de la misma. Esto le servirá de anclaje para no desviarse de lo importante. Le ayudará a volver a lo importante si se dejó llevar por una discusión confusa, por la ira, la frustración o la impotencia. El objetivo brinda dirección y foco.
- Tenga presentes los límites que encuadran la empresa: económicos, legales, de roles y vinculares (conductas esperadas y permitidas).
- Establezca un tiempo de duración de la reunión. Será un parámetro para evitar conversaciones interminables y agotadoras.
- Apague el celular e invite a las personas involucradas a hacer lo mismo. La atención estará puesta en lo importante: las personas en la reunión.
- Deje a un lado los preconceptos que tenga de las personas involucradas. Puede que tenga una idea equivocada. Y si su idea es bastante realista, trate que sea neutral desde lo emocional para no nublar el análisis de situación.
- Plantee con calma cuál es la dificultad o motivo principal que lo llevó a convocar la reunión. Describa los hechos evitando calificar la conducta. Por ejemplo decir: “Vemos que pasas mucho tiempo con el celular o hablando con el resto del personal, mientras hay clientes que esperan tu ayuda con los ejercicios”; en lugar de decir: “Sos vago y descuidado con los clientes”.
- Haga lo posible para escuchar las razones y necesidades que sostienen o generan la conducta de la persona. Solo así sabrá si podrá o no atenderlas e incorporarlas en la solución.
- Evite culpar desde el enojo a la otra persona, esto hará que se cierre y se defienda. Automáticamente le trasladará a usted la culpa. Será el comienzo de las hostilidades, toda su energía estará puesta en defenderse.
- Implique en la solución a todas las personas involucradas en el conflicto. De qué manera pueden colaborar con la solución para que, por ejemplo, los clientes reciban una atención apropiada.
- No está obligado a dar una solución necesariamente en esa primera conversación. Si lo necesita, tómese un tiempo para reflexionar, evaluar y plantear posibles soluciones. Explicite que convocará a otra reunión para cerrar juntos el tema pendiente.
- Plantear las razones de la conducta de la persona que generó el conflicto: “Entiendo que vos / que para vos…”
- En caso haya alguna demanda de su parte y sea posible contemplarla: “Desde mi lugar (dueño) podría facilitarte/ayudarte con…”.
- Explicitar las necesidades para un buen funcionamiento del gimnasio o del área involucrada, y recordarle a ese empleado qué se espera que haga para satisfacerlas: “¿Cómo podés colaborar?”
- Cerrar el acuerdo si lo expresado por la persona involucrada es aceptable como solución. “Me parece bien. Vos, ¿estás de acuerdo?”
- Terminar la confrontación. Agradecer la participación. “Muy bien, terminamos la reunión. Gracias por haber venido a charlar”.