¿Quién es el gerente de felicidad? La figura del gerente de felicidad es una posición estratégica de las empresas que se centra, específicamente, en el área de bienestar empresarial, es decir, el área de Recursos Humanos.
Generalmente, estas figuras tienen una dirección clara orientada al bienestar de sus colaboradores y persiguen metas fundamentales: crear ambientes, políticas y relaciones interpersonales.
Básicamente, lo que buscan es brindarles a las personas las herramientas necesarias para que accedan a la posibilidad de enfocarse más en lo afectivo y sensitivo. ¿Y cuál es la finalidad de esto? Que estas personas encuentren una razón emocionalmente atractiva para seguir colaborando con la institución.
¿Qué busca este novedoso perfil?
De esta manera, se podrá mejorar, por un lado, la calidad y el estilo de vida de quienes forman parte de la institución. Y, por el otro, también aumentará la calidad de entrega de las capacidades y potencialidades de cada empleado dentro de su área o destino final, ya sea un producto, servicio o cualquiera de sus ramas.
Quiero poner todo mi interés en que la persona que colabora con la institución tenga un sentir. En otras palabras, que alcance una forma de trabajar plena, en donde haya varias características que se transformen en común denominador dentro de estas estrategias.
Hay algo que quiero aclarar: la gerencia de felicidad no busca, para nada, fomentar descuentos en tiendas para que el colaborador sienta que tiene un beneficio por trabajar ahí, ni tampoco busca, necesariamente, un aumento de sueldo. Lo que busca es dotar a las personas que toman decisiones, o sea, los líderes de área, de herramientas asociadas a la programación de la lingüística y el coaching empresarial con el principal fin de que la relación con los demás se construya en base a los estados de ánimo favorables y positivos y, por ende, se logre una entrega y una capacidad plena.
Con este perfil definido nos aseguramos de que, tanto los mandos superiores como los clientes, reconozcan la importancia de los aspectos básicos de las relaciones interpersonales dentro del contexto interempresarial.
Enfocarnos en las necesidades de los trabajadores
Desde hace muchos años, la psicología positiva viene teniendo gran implicancia en las empresas. Esto sucede porque muestra de qué manera un individuo, a través de su estado anímico, puede alcanzar determinada actitud frente al trabajo y brindar su máximo potencial, motivado por la propia institución.
En este sentido, el azar queda a un costado. Cuando hablamos de gerencia, se pretende tomar un rol más predeterminado y programado, en donde las políticas de desarrollo de la empresa se orienten a detectar los motivadores internos de cada colaborador. Y, a partir de allí, determinar si se encuentran asociados a la propia persona, al núcleo familiar, al ámbito financiero o a otros factores.
Las reglas del juego cambiaron. Hoy en día, la fusión de una gerencia tiene un gran poder en las formas de comunicación que, de hecho, son dictadas desde la propia gerencia. Y hay que dejar en claro algo: cuando una empresa adopta un gerente de felicidad, el beneficio es de 360 grados.
La confianza: un vínculo poderoso
Desde el punto de vista del colaborador, el simple hecho de saber que, dentro de la empresa, hay una persona que siempre está atenta a sus necesidades particulares y de área, genera un vínculo de confianza excepcional. En este aspecto, el gerente actúa, también, como contenedor y embajador de expectativas y de emociones positivas y negativas, entre otros.
Cuando el colaborador se siente escuchado y cuidado se da cuenta de que la empresa tiene una misión que va más allá de cubrir la responsabilidad de un pago salarial mes a mes. Es decir que comprende que la empresa vela por su desarrollo emocional y por la calidad de trabajo realizado. En resumen, todo mejora.
¿Por qué todo mejora?
Es evidente: cuando los colaboradores no se sienten escuchados o atendidos, su potencialidad respecto del trabajo disminuye notablemente. En cambio, aplicando nuestra manera de llevar a cabo las cosas, la empresa también recibe beneficios. Es decir que todos ganan.
Otro aspecto positivo es que el ausentismo, el burnout, el exceso de estrés y la poca empatía entre colaboradores se reducen significativamente y todos estos factores contribuyen a una mejora constante.
En todo el mundo, las personas dedicamos una parte muy importante de nuestra vida al trabajo. Es por eso que hay que tomarlo como una oportunidad, verlo como tiempo invertido para crecer y desarrollarse personal y profesionalmente. Y no considerarlo, únicamente, como un intercambio de bienes y servicios a cambio de una remuneración.
Es importante mencionar que, en cualquier tipo de centro deportivo, ya sea desde el más pequeño o una gran cadena, contar con un gerente de felicidad brinda los mismos beneficios en uno u otro lado.
Creo que es vital que, como industria, implementemos este tipo de herramientas para gestionar este contexto del que venimos hablando. Si logramos tener satisfechos a nuestros empleados, ellos, a su vez, van a mantener contentos a los clientes. En esta gran cadena todos somos eslabones y, partiendo de ese mantra, los resultados económicos también se verán afectados positivamente.
Expandirse, esa es la cuestión
Hay una cuestión que considero indispensable. Y es que podamos ofrecer servicios a empresas que no se encuentren dentro de nuestro rubro. No podemos generar bienestar corporativo si sólo aplicamos descuentos en nuestras matrículas y promociones.
Entonces, influir en el movimiento, el pensamiento y la actividad física dentro del ecosistema de una empresa financiera o de bienes raíces, por ejemplo, es una buena manera de conspirar a favor de una mejor cultura organizacional.
Perfil del gerente de felicidad
- Posee un gran manejo sobre la inteligencia emocional. Es una persona que no tiene inconvenientes en hablar desde la emoción y empoderar a otros para que también manifiesten cómo se sienten.
- Demuestra alta capacidad de ser empático con el contexto que lo rodea. No solo debe contar con todo el marco teórico, sino que debe interactuar y estar en las áreas. De otra manera, es difícil empatizar.
- Tiene que ser una persona dispuesta a dar y recibir amor. Somos seres emocionales y todos aprendimos a pensar desde una perspectiva evolutiva. Se debe mirar con amor a otro ser humano, empatizar. Lejos de poner sanciones, el gerente busca soluciones. Nuestro mantra afirma: «Toda solución siempre se encuentra a una charla de distancia».
Recomendaciones como industria
Nosotros, desde nuestro lugar como empresa de bienestar, debemos profesar este tipo de filosofía en las áreas de Recursos Humanos e implementar este programa como parte del perfil para un puesto.
En el caso de que no se cuente con Recursos Humanos, debemos proveer a los encargados de conceptos de filosofía positiva y aplicaciones básicas que deriven de la programación neurolingüística y, fundamentalmente, de elementos de comunicación humana.
Dentro de las estrategias que nos competen, incluimos la escucha activa y el entrenamiento en temas de comunicación y feedback resonante. Esto último, es una forma de darle a entender al colaborador cómo yo interpreto su realidad, es decir, tratar de entender el problema de interpretación. Además, como segunda etapa, debemos extrapolarlo a nuestros clientes.
Mi experiencia personal
Creo que una de las cosas que nos enseñó la pandemia es que la gente no es fiel a las instituciones, sino que es fiel a las personas que la integran. Y debemos trabajar para lograr ese impacto en cada uno de ellos, para que nos elijan diariamente y se sientan conformes.
En mi caso particular, los ingresos salariales comenzaron a recortarse. Pero aquellos colaboradores que habían recibido de nuestra parte un trato más humano, en donde la institución velaba por su bienestar, a pesar de estar ya cerrada, hizo que la confianza se mantenga intacta y que el nivel de apego sea mayor.
Después de todo eso, hoy más que nunca, creo que la lealtad no tiene que ver con temor o con salario, con eso no se logra nada, sino con el grado de humanidad que rige a la empresa.