¿Los gimnasios somos promotores de la salud?

¿Los gimnasios somos promotores de la salud?

En el último año, dentro del contexto de pandemia mundial y en un momento de transición hacia una nueva normalidad, se instaló un serio debate respecto del rol del sector del fitness en la sociedad y sobre el impacto de la actividad física en la lucha contra el Coronavirus.

La actualidad de los gimnasios es verdaderamente crítica. Formamos parte de una de las industrias más afectadas por este enemigo que no vimos venir. Fue agresivo y repentino.

No estábamos preparados para dar respuesta a lo que sucedió, nos vimos vulnerables y nos afectó en todo sentido: económico, físico y psicológico.

Esto se vio aún más agravado por las medidas de prevención impuestas desde el Gobierno, con la intención de evitar el crecimiento en el número de contagios de Covid-19. Hoy que  estamos transitando la segunda ola, seguimos manteniendo las mismas discusiones de hace un año, mientras el barco se hunde frente a nuestras narices.

En 2020 se perdieron, en Argentina, más de 10 mil puestos de trabajo -según datos de la Cámara de Gimnasios, Natatorios, Centros de entrenamiento y Afines (CAGIMNACE) y del Sindicato de Trabajadores de Gimnasios (SITRAGYM)-. Más de 1500 gimnasios cerraron, lo que representa un 20 % de los 8000 que había antes del inicio de la pandemia.

En estos meses se habló de nueva normalidad, de nuevas estrategias, de nuevos productos y de rediseñarnos. Trabajamos fuertemente en la implementación de protocolos, pero nada parece suficiente. Y hoy, ante la amenaza de un inminente nuevo cierre o de un incremento en las restricciones a los gimnasios, todos buscamos las mejores herramientas para subsistir.

En este contexto, vale preguntarnos una vez más: ¿Somos verdaderos agentes de salud? ¿Tenemos una estructura que dé soporte a ese título? ¿Somos esenciales? ¿Ofrecemos productos acordes a nuestro relato? ¿Capacitamos a nuestros entrenadores para estar a la altura de los nuevos desafíos que tenemos por delante como industria?.

Aún recuerdo a expertos diciéndonos que la gente iba al gimnasio por razones sociales y asegurándonos que éramos espacios de entretenimiento, para pasarla bien y divertirte. Todos los anuncios mostraban a gente feliz, bailando con el programa de fitness de moda. Hablar de salud o de evaluaciones médicas era mala palabra, porque la gente no elegía eso.

Dicho eso, la pregunta es cuánta responsabilidad nos cabe como sector en esta triste realidad que vivimos. Reconocerlo sería dar vuelta la página e iniciar una nueva etapa, dejando atrás viejas prácticas. Porque debemos comenzar a desarrollarnos para las nuevas exigencias, innovando, con una estructura sólida que nos coloque en una mejor posición para el futuro.

Debemos todos ser verdaderos protagonistas de un cambio sin precedentes, de un cambio de mirada por parte de la sociedad  que reconozca a nuestra industria como promotora de calidad de vida y agente de salud. Trabajar mancomunadamente será la clave para generar un impacto en la gente, mediante campañas de concientización que nos involucren a todos.

Desde mi lugar, como responsable de una de las escuelas de formación líderes del mercado, estamos llevando adelante un verdadero proceso de transformación, alineando nuestro contenido con la salud y el bienestar, trabajando fuertemente con universidades, organizaciones de salud y deporte, como así también con médicos, kinesiólogos y nutricionistas, entre otros expertos, que avalen a una nueva generación de instructores.

Hoy desde IDA Internacional, junto al Instituto Universitario YMCA, con el Dr. Oscar Incarbone a la cabeza, acompañamos  programas modelo como Agita São Paulo -implementado por el Ministerio de Salud de San Pablo-, con el asesoramiento científico del Centro de Estudios del Laboratorio de Aptitud Física de São Caetano do Sul (CELAFISCS).

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), este programa es considerado un modelo de promoción de la salud. No obstante, será vital en este contexto sumar distinciones que realcen los estándares y el nivel académico de nuestros estudiantes para que los futuros entrenadores estén a la altura para dar respuesta a las nuevas demandas del sector.

Para recuperar, mejorar y mantener la salud física y mental de las personas hay que ser conscientes de que lograrlo depende en gran medida del servicio que brindemos. Por eso, será importante preguntarnos cómo serán los nuevos consumidores, qué habilidades deberá tener un instructor alineado con la salud, y qué rol juega la capacitación en nuestro futuro laboral.

Si los profesionales y los gimnasios desean estar alineados con la salud deberán capacitarse en ese sentido para atender a poblaciones especiales, a personas con enfermedades crónicas no transmisibles, y también a individuos que atravesaron el Covid-19 y tienen algún tipo de secuela respiratoria o funcional, por la cual necesitan de nuestra ayuda para recuperarse.

Estos son solo algunos de los aspectos que los propietarios de gimnasios deberían tener en cuenta para exigirles a sus entrenadores que se formen lo suficiente como para garantizar calidad en la prestación de sus servicios. Para eso, los líderes del sector deberán interiorizarse sobre los lugares donde se forman sus entrenadores y sobre quiénes avalan esas formaciones.

Hoy más que nunca necesitamos en nuestros gimnasios de personas capacitadas que se transformen en verdaderos promotores de la salud. Ahí radica una oportunidad única e inmejorable para renacer como sector. Una oportunidad que nos coloque frente a la sociedad como parte fundamental de la solución a la crisis epidemiológica actual.

(*) CEO de BRÜCKEN & FIT SRL y director General de IDA Internacional.


Julio Anghilante